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Aplazado el cónclave de la mayoría gubernamental francesa

Las perspectivas de unión de las cuatro formaciones que constituyen la mayoría gubernamental se han desvanecido de momento. La reunión en la cumbre propuesta por el líder gaullista Jacques Chirac para el próximo 10 de julio la rechazaron los radicales desde el primer momento y, ayer, el Partido Republicano, próximo al presidente, de la República, pidió que fuera retrasada. Por su lado, la oposición de izquierdas se reúne este jueves para continuar los trabajos de actualización de su programa y, esta vez sí, atacar el más espinoso de todos los problemas que las divide: las nacionalizaciones.

Tras casi un año de «guerra» entre las dos fracciones de la mayoría (giscardianos y chiraquistas), el anuncio de una reunión de todos los partidos que apoyan al presidente de la República se había valorado corno el punto de arranque hacia una cierta concordia.Parece ser que por iniciativa del señor Giscard, el Partido Republicano, que ha reemplazado al que él fundara en los años 60 con el nombre de Republicanos Independientes, después de haber aceptado la cumbre ofrecida por el señor Chirac, se ha vuelto atrás: «Hay que preparar esta reunión sin prisas», explicó el líder de este grupo Jean Pierre Soisson. El jefe del Partido Radical, Jean Jaeques Servan Schreiber, ya había respondido antes negativamente. Sólo se interesa por la proposición del alcalde de París el líder del Partido Centrista, Jean Lecanuet.

El caso del que fue ministro de Justicia con el señor Chirac y en el primer Gobierno de Raymond Barre, constituye un elemento nuevo en la estrategia y en las «combinaciones», mas o menos complejas, de la mayoría gubernamental: después de haber sido un fiel a toda prueba del presidente de la República y enemigo visceral de los gaullistas y, en particular, del señor Chirac, desde hace algunos días se presenta como el intermediario entre los chiraquistas y los partidarios del señor Giscard. Estos últimos, en público ya, manifiestan su preocupación por la actitud «inquietante» del señor Lecanuet, que parece desear deslizarse hacia el campo chiraquista.

Mientras, los quince de la Unión de la Izquierda vuelven a reunirse hoy para tratar, según han anunciado, el problema de las nacionalizaciones. Anteayer fue el PCF quien impuso «un tiempo» para frenar las «prisas sospechosas» de los socialistas. De la superación de este escollo que divide a los comunistas, socialistas y radicales de izquierdas depende en gran parte todo el porvenir de la oposición hasta la celebración de los comicios de marzo próximo.

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