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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La muestra de Andréu Alfaro, en Barcelona

El escultor valenciano Andréu Alfaro es actualidad en Barcelona por varios motivos. Primero por haber sido protagonista de una viva polémica «iconográfica» con el Partido Socialista Catalán -el que ha pactado con el PSOE-, por haber utilizado como símbolo de su campaña, y sin la previa autorización del artista, la escultura-emblema Catalán Power. Las cuatro barras, símbolo de la catalanidad, se cierran en un enhiesto puño formado por cuatro rombos. Alfaro ha hecho pública su disconformidad manifestando que la obra fue concebida como un símbolo unitario de todos quienes formamos parte de los Países Catalanes y no sólo de los que habitan en el Principado o de un sector ideológico determinado. Hecha esta aclaración y reconocida la usurpación por el PSC, Catalán Power sigue estando por doquier los socialistas han colocado su propaganda.Los otros motivos de actualidad hacen referencia a la plantada de esculturas de gran formato instaladas en las amplias zonas de césped del parque de Cervantes, sito al final de la Diagonal. Las suaves lomas de este jardín, su poca vegetación, se ha visto enriquecida por la presencia de una serie de piezas de aérea proyección que han transfigurado la monótona silueta del conocido jardín barcelonés. Con simples barras de acero o aluminio y dentro de sus postulados de de constructividad metodológica, ha «construido» un conjunto de obras cuya virtud esencial le encuentra en la versatilidad transformista que los distintos puntos y los que componemos esa legión que Tom Wolf llamó culturburgo nos desplazamos siguiendo el recorrido que los caminos del parque nos van trazando, las obras de Alfaro se mueven, aletean, suben, bajan, se abren y se cierran cual si de un elemento vegetal se tratara o de un ave de exótica procedencia. Las siete esculturas que como individualidades físicas hay en el parque de Cervantes devienen, gracias a su fuerza transfiguradora, otras varias obras que podría mos fotografiar en infinitas imágenes fijas. Porque ni un solo ángulo de las múltiples perspectivas guarda semejanza con otro. Todo está en permanente moción cinética.

Andréu Alfaro

Sala Gaspar.Parque de Cervantes. Barcelona.

Los títulos, como las obras, son siempre clarificadores. En esta ocasión llevan estas divisas: Mi país, Nunca perderemos la esperanza, Un nuevo paso adelante, La manana, Un nuevo nacimiento..., títulos evidentemente expresados en lengua vernácula.

Si en el parque de Cervantes la identificación -la integración, que dirían algunos- con el espectador es total, ya que éste es arte y parte en la lectura de las obras, sin particulares propósitos socializantes o redentores del entomo, muy polucionado el pobre, en la sala Gaspar nos presenta un gran despliegue de pequeñas y grandes obras que son algo así como una fiesta en el espacio. Por su clima y ambiente nos atreveremos a comparar esta exposición con la de Sandy Calder, ahora en la Maeght. La misma dimensión lúdica y cromática, sólo que tamizada por el afán racionalizador del valenciano.

Alfaro, como él mismo nos dice en el catálogo, ha ido a la busca del tiempo, no del perdido, sino del real. El tiempo es un valor incorporable por parte del espectador, viviéndolo, identificándose con él,«no con la participación simple de los cinéticos sino con el propósito que el valor espacio y el valor tiempo sean asimilados y expresados por la obra.

Estas pequeñas o medianas piezas en aluminio, en acero, en latón o en plexiglás, suspiran por el espacio, exigen una versión a tamaño urbano, un «modulor» que las acerque al hombre. Pero incluso así nos inquietan, se nos escurren. Su aerodinamismo visual las contorsiona en paraboloides hiperbólicos o en retahílas de polígonos que se sobreponen o interfieren.

Alfaro sigue siendo un escultor científico que sin técnicas frialdades sabe ordenar en formas simples y complejas materiales procedentes de la industria y sumergirnos en un laberinto de ágiles y volátiles figuras.

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