Habla un farmacéutico

1.º Se señala al INP como «gran comprador que como tal exige sus condiciones». Entiendo que esto es inexacto. El comprador no es el INP, los compadores son todos los beneficiarios españoles que sufragan la Seguridad Social, y dado que el 90% de la población está dentro de este estamento, la clase farmacéutica no tienen por qué «cargar» con un 7,5 % que no sólo beneficia a las clases medias y baja, sino también a altos cargos, cuya situación económica es mucho más elevada que la de numerosos farmacéuticos.2.º También se habla en el editorial de «una situación de privilegio: distancia para la competencia y monopolio de ventas». Esto es no sólo inexacto, sino vejatorio. Los farmacéuticos somos universitarios y como tales ejercemos nuestra profesión con dignidad y sin privilegios. Sólo los privilegios que nos da nuestro título académico. Las distancias entre farmacias se establecen en función de las necesidades sanitarias de la población, con normas aprobadas por la Administración. En cuanto al «monopolio de ventas» no hay tal. El farmacéutico es un técnico del medicamento, y como eslabón de una cadena, está presente desde la síntesis o extracción de un principio activo, hasta la formulación y elaboración del medicamento en los laboratorios farmacéuticos, y finalmente como dispensador y garante de ese específico en las oficinas de farmacia.

Según su editorial, debería colegirse que el médico monopoliza la medicina, el periodista la prensa y el abogado las leyes, o lo que es lo mismo, que la dispensación de los medicamentos podrían hacerla los abogados, el ejercicio de la medicina los periodistas y la prensa los médicos. Así se evitarían monopolios.