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Mil seiscientos millones de dólares, déficit corriente del primer trimestre

Un déficit de la balanza por cuenta corriente del orden de los 1.600 millones de dólares en el primer trimestre del año da la medida del grave problema del sector exterior en la economía española. Los tradicionales mecanismos de equilibrio, o de limitación del desequilibrio de la balanza comercial, ya no son operativos. El endeudamiento exterior aparece como única alternativa contra este grave problema.

El alarmante deterioro de la balanza de pagos en el presente año queda reflejado en los últimos datos del sector exterior publicados en el boletín estadístico del Banco de España con referencia al primer trimestre del año. Estos datos presentan el registro de caja de las operaciones con el exterior.Todos los renglones sustantivos de la lalanza de pagos presentan resultados negativos, algunos de ellos importantes. La balanza comercial aumenta el déficit registrado en el mismo período del año anterior en 38.000 millones de pesetas (37,5%) para establecer un nuevo récord en la estadística económica de este país -casi 140.000 millones de pesetas de déficit-. Hay que señalar que en dólares este déficit es muy similar al de 1976, por causa de la devaluación de la peseta decidida en febrero de ese año. En sentido contrario conviene recordar que las importaciones de crudos -capítulo básico en el comercio exterior español- fueron muy bajas en los dos primeros meses de este año, ya que, la acumulación de petróleo en diciembre, en previsión de encarecimientos, fue muy importante

En la balanza de servicios -tradicional fuente de equilibrio en nuestra balanza de pagos- el superávit del primer trimestre no llega a los 20.000 millones de pesetas, con descenso del 28% con respecto a 1976. Mientras los ingresos por turismo crecen ligeramente -1.500 millones de pesetas- ante una coyuntura mucho más favorable para este sector y los pagos por asistencia técnica y royalties bajan también en casi 2.000 millones, las salidas por rentas de inversión (servicio de deuda, desinversión exterior... crecen en más de 4.500 millones.

La otra fuente de equilibrio de la balanza de pagos, las transferencias, especialmente remesas de emigrantes, han entrado también en fase plenamente contractiva. A la vuelta de emigrantes despedidos en los países que trabajaban, y a la ausencia de nuevos empleos en el exterior para trabajadores españoles, hay que sumar la tendencia de nuestros emigrantes a mantener sus ahorros en divisas en previsión de próximas devaluaciones de la peseta, cantadas en numerosos órganos de prensa desde comienzos de año. Por vía de transferencias en el primer trimestre del año entraron divisas por valor de 12.250 millones de pesetas, con casi un 50% de descenso sobre el año anterior.

El déficit por cuenta corriente, duplicado

El resultado final es una balanza por cuenta corriente con un déficit de más de 100.000 millones de pesetas (equivalentes a casi 1.600 millones de dólares) que dobla el registrado en el primer trimestre del año anterior y supone una señal de alarma grave para la economía española.En un reciente trabajo del servicio de estudios de la Confederación de Cajas de Ahorro (Coyuntura Económica 4), resumido por EL PAIS en la edición del mes de junio, se destacaba este problema y se concluía que puede constituir el punto de estrangulamiento de la economía española a corto plazo si no se toma conciencia de la situación y se aborda con urgencia un programa de actuación que afecta al ámbito del exterior (sustitución, importaciones, devaluación ... ) y al interior (plan de saneamiento, estabilización o austeridad).

Endeudarse, único camino

La única actitud adoptada por las autoridades ante esta situación ha sido una política de endeudamienlo exterior sin demasiada coordinación ni estrategia, y con demasiado triunfalismo seudopolítico. Las empresas privadas y públicas, sobre todo las grandes, han recurrido al mercado exterior, más barato que el interior aunque con el riesgo de una devaluación, ante el hecho de que las instituciones financieras nacionales y el mercado de capitales no permiten captar recursos con que financiar inversiones. El crédito exterior para las empresas, camino antes nunca considerado, es en los últimos años un recurso habitual. En el primer trimestre del año por esta vía los ingresos supusieron más de 30.000 millones de pesetas (contrapesados por 4.000 millones de crédito español fuera), con aumento del 50% sobre el mismo período de 1976.Sin embargo, ha sido el sector público el protagonista fundamental de esta carrera de endeudamiento. Frente a poco más de 6.000 millones de pesetas ingresados en 1976 (primer trimestre), en este año la cifra se ha elevado a 33.600 millones, con tendencia a aumentar en el segundo trimestre. Mientras tanto, las inversiones exteriores se mantienen a los mismos niveles que en el pasado año, en torno a los 7.000 millones de pesetas.

Que el único recurso ante la magnitud de los déficit corrientes sea el endeudamiento exterior, no acompañado de medidas que consigan un cambio de tendencia, las otras rúbricas de la balanza supone un grave síntoma y una señal de alarma. Los servicios de deuda, que ignoramos si están calculados y programados por las autoridades, crecen sin que paralelamente disminuyan las expectativas de déficit por cuenta corriente. El nuevo Gobierno, si quiere que el país no tenga que poner el cartel de «suspensión de pagos» en las fronteras y reclamar o aceptar los consejos u órdenes de los organismos internacionales, tendrá que tomarse en serio este problema.

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