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Entrevista:

"España, un ejemplo para los pueblos de América bajo regímenes autocráticos"

Juan Cruz

Salcedo-Bastardo: Para América Latina la mejor noticia de los últimos tiempos es lo que acaba de pasar en España. El que España haya sido recuperada para la libertad, la justicia y la democracia, tendrá un gran efecto, sin exagerar, en nuestro continente. Nosotros padecemos ahora en Latinoamérica cierto recrudecimiento de las formas autocráticas, pero esa situación será superada. Mi optimismo es a medio plazo, digamos. Creo que en América se han agotado todos los métodos de tiranía y todos han fracasado. Las dictaduras que quedan no dejan de ser un anacronismo que desaparecerá por la fortaleza política y moral de otras democracias.EL PAIS: ¿Puede precisar el papel que le toca jugar a España en el futuro democrático de Latinoamérica?

S.-B: Cuando una nación como España, que ha estado sustraída a la comunidad libre del mundo y cercenada por la presión del franquismo, vuelve a entrar en la familia, identificándose con los ideales entrañables de esa familia, es obvio que tiene que haber fiesta en la casa. El pueblo español ha superado con sabiduría sus intransigencias y ha logrado actuar con moderación y sensatez, en un momento clave de su historia. Eso demuestra que la opresión es infecunda. El ejemplo español es un espejo para los pueblos de América que todavía no se han sacudido el yugo que siguen padeciendo. Sus ansias de liberapión se acelerarán ahora porque seguro que España les resultará un estímulo. Por,otra parte, sin la liberación de sus pueblos, el, continente americano no puede avanzar conjuntamente ni puede conseguir sus propósitos de desarrollo cultural, industrial y, en definitiva, humano.

EL PAIS: En el contexto del porvenir latinoamericano, ¿qué perspectivas ofrece la nueva política exterior de Estados Unidos?

S.-B: Creo que las perspectivas son buenas. Ese es otro elemento, junto con la nueva situación en España, para fundamentar nuestro optimismo. Estados Unidos reconoce ahora la existencia de una unidad de los pueblos de estirpe ibérica y ve los problemas de Latinoamérica desde un punto de vista global y no país por país. Dentro de dos días Carlos Andrés Pérez visita al presidente Carter, dos semanas después de que la señora Carter estuviera en Caracas. El intercambio de opiniones de ambos estadistas sobre Latinoamérica halla una gran base de acuerdo. La posición que Carter ha adoptado con respecto a la vigilancia de los derechos humanos llena de esperanza a las democracias de nuestro continente, que siempre han mostrado preocupación por las violaciones en que se incurre en zonas dictatoriales. Estimo que en ese sentido la política de Carter es síntoma precursor de muchas cosas buenas.

EL PAIS: En ese mismo plano, ¿usted cree que la OEA (Organización de Estados Americanos) es útil o sería preciso reformarla?

S.-B: Pienso que la OEA es un instrumento útil y podría serlo aún más, si se eliminaran las contradicciones que existen en su propio se no. De hecho, la OEA se está revisando constantemente. Será más efectiva cuando en el continente dejen de existir una serie de regimenes no democráticos y no representativos.

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EL PAIS: ¿No cree usted que esa organización podría presionar de manera firme para cambiar el curso de esos regímenes no representativos?

S.-B: Se ha discutido nfucho en Latinoamérica sobre la posibilidad de tomar ese camino, pero existe el principio de no intervención. De todos modos, no creo que tal principio sea incompatible con ciertas presiones y ciertos rechazos morales, como lo intentó Venezuela en otro tiempo. Nosotros podríamos practicar la «doctrina Bethancourt», que aconseja el no reconocimiento de Gobiernos espúreos. No se trataría de intervenir, sino de rechazar.

EL PAIS: ¿Cambiaría pronto la actitud global latinoamericana con respecto a Cuba?

S.-B: En el presente, las relacio nes son prácticamente normales y lo serán más cada vez que Cuba acentúe su respeto por las demo cracias que tenemos en el contiente y rectifique con sinceridad sus errores de los años recientes. Hoy por hoy, las relaciones entre Cuba y Venezuela son satisfactorias. En cuanto a Venezuela se refiere, no se advierte injerencia cubana desde hace mucho tiempo.

EL PAIS: Venezuela fue la copresidente de la última sesión del «diálogo Norte-Sur» entre países ricos y pobres. ¿Cree usted en la sinceridad de los países poderosos en su propósito de conseguir acuerdos de cooperación?

S.-B: Creo que los países capitalistas o del «primer mundo» se han visto forzados a ese diálogo, porque no hay otra posibilidad de subsistencia para ellos que buscar un entendimiento con el Tercer Mundo. Las circunstancias les recomiendan que ese diálogo no termine, no se corte. Con respecto a su sinceridad, creo que la propia definición de naciones las convierte a éstas en egoístas. España fue una nación generosa, cuando descubrió el Nuevo Mundo. Espero que también mi patria sea una nación generosa, pero,en general, las naciones son egoístas.

EL PAIS: En Europa se repite ahora que Venezuela es un país feliz. ¿Qué problemas tiene Venezuela?

S.-B: Relativamente somos una nación feliz. Tenemos los problemas derivados del subdesarrollo y un largo ciclo de errores políticos y de desequilibrios culturales y sociales. Ahora tenemos un programa de becas con el que esperamos paliar estos últimos. Por otra parte, nuestros recursos no son infinitos. Ahora tenemos las dificultades de moderar nuestros criterios, de modo que lo que tenemos dure y sea beneficioso para toda la comunidad.

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