Un diálogo "útil y necesario", según Giscard d'Estaing
La «claridad de propósitos» ha caracterizado la cumbre franco-soviética, dijo anoche el presidente francés, Valery Giscard d'Estaing, en unas breves declaraciones que ofreció a la prensa. Pocas horas antes, el líder de la URSS, Leónidas Brejnev, en un mensaje a Giscard d'Estaing, había señalado que «las conversaciones fueron útiles y necesarias y han contribuido al desarrollo de las relaciones entre ambos países», aunque no aludió a sus resultados en el plano internacional. El señor Giscard d'Estaing precisó algunos puntos, en su opinión importantes. En primer lugar, en lo que se refiere a las relaciones internacionales, a la luz de su diálogo con el dirigente soviético, dijo que «deben practicarse y, después, juzgarse, a partir de una definición de principios generales y no según casos concretos».
Esto no sería posible de otra manera porque constituiría una injerencia. En este sentido, el presidente aclaró que con todos los dirigentes importantes había hablado de «casos humanitarios».
Cuando se le interrogó sobre su pensamiento, en relación con la visita de Brejnev al alcalde de París, Jacques Chirac, el presidente afirmó: «No pienso polemizar a propósito de algo que concierne a quien fue mí primer ministro.» Contrariamente a lo dicho por muchos observadores, Giscard estimó que la cumbre ha sido un «éxito», y recalcó la importancia de los acuerdos económicos, cuestión que, en efecto, suscitaba más unanimidad en la capital gala.
El señor Brejnev, al que los periodistas ayer por la mañana descubrieron en un «mediocre» estado físico, pudo enterarse antes de abandonar París del intento de secuestro del semanario de extrema derecha Minute, que ajuicio de las autoridades judiciales daba una información «ofensiva» sobre el huésped de Francia.
El presidente de la URSS regresó a Moscú, pero no lo hizo a bordo del mismo aparato en el que efectuó el trayecto Moscú-París. Este aparato había permanecido desde entonces en el aeropuerto de Orly, donde, pese a la extrema vigilancia, cabía siempre la posibilidad de un sabotaje. Otro Iliuchin 62, llegado a Orly al comienzo de la tarde de ayer, es el que ha servido para el viaje de retorno.
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