Bulgaria reafirma su dependencia doctrinal de la URSS

Mientras Ceaucescu, de Rumania, y Honecker, de la República Democrática Alemana, han reafirmado en Berlín la necesidad de que se mantenga la autonomía de los diversos partidos comunistas y han silenciado el «papel modélico» del PC soviético, su colega búlgaro, Schiwkoff, que acaba de regresar de una decisiva visita a Moscú, ha acentuado su teoría del «desarrollo conjunto».Para él, la experiencia búlgara -crecimiento al unísono con la URSS- se ha legitimado por contraste con la realidad. Como complemento, el jefe del Estado de Bulgaria ha recalcado que solamente así «será posible construir una sociedad mundial socialista unitaria». A pesar de la firmeza con que Sofía reafirma su papel de «principal aliado de la URSS» dentro de la alianza socialista, no cesan los rumores de nuevos reajustes en los órganos de poder: tras la dimisión de Boris WeItscheff, secretario del comité central y miembro del buró político, se han producido otros cambios en el mismo secretariado del propio comité central y en el Gobierno, lo cual parece indicar que el «modelo búlgaro» choca con algunas incomprensiones dentro del propio aparato oficial.

Contraste con Rumania y la RDA

Como contraste, en el comunicado final de la primera visita oficial que ha hecho a la RDA el jefe del Estado rumano, Ceaucescu, no se incluye alusión alguna a la primacía del PC soviético respecto de los demás. El diario comunista Neues Deutschland ha comentado en su edición de ayer, sábado, que los partidos comunistas de Rumania y la RDA se proponen «fortalecer la unidad de los comunistas y partidos obreros, respetando al máximo la independencia y la igualdad entre ellos, así como el principio de no injerencia en cuestiones puramente internas y el derecho a elaborar su propia política, a seguir la propia vía hacia el socialismo y a considerar las particulares circunstancias en que se desarrolla su actividad».