El retrofranquismo
El franquismo quedara como una cosa marcial, adusta y un poco hortera. Pero el retrofranquismo, en cambio -que es lo que estamos viviendo ahora, mismo- se me aparece floral, petimetre, pisaverde y galante como todas las decadencias. Un suponer, cuando Fraga va y le dice el otro día al personal:-Queremos seguir besando la mano de una española como la de una dama.
Yo creo que todo es el metesaca lírico de Torcuato Luca de Tena en la cosa de Alianza. Hay una frase de don Luca que ya tengo anotada en este carnet mundano:
-Nos preocupa la Patria., como la honra de una hija.
Y Fraga, para pasarle por encima, coge, agarra a Eduardo Sotillos y le dice:
-Queremos una España donde se diferencie a la mujer decente de la que no lo es.
Ya José Carlos Mainer me tiene contada una frase falangista que si no es de Giménez-Caballero es plagio:
-Y vendrán los rojos y violarán a nuestras hermanas.
Con lo cuál nos remontamos a los orígenes freudiano- fascistas del complejo español de hermana. Es la preocupación machista de la derecha española por la integridad genito-urinaria de las hembras de la familia. Cierto monárquico español envió hace años a sus hijos a desafiar en duelo a uno que había metido mano, bailando, a la niña de la casa. Parece que todas las guerras que ha hecho la derecha nacional no las ha hecho por la Fe, la Religión, la Patria, la Madre ni la Tierra, ni los Muertos, sino por las hermanas.
Se han pasado la Historia temiendo que venga la hidra o la horda a violar a la hermana. Y luego resulta que la viola un pasante de notario.
-Cuando quieren hacer feminismo se ponen cursis, porque así ya tampoco se liga -dice el parado.
Otra cosa es Carlos Arias, claro. El retrofranquismo de Arias va por la vía patética más que por la galante y se trabaja el papel de viudo de la viuda de Franco.
En su último gag televisivo hizo franquismo de moviola y emocionó mucho a sus cuñadas y hermanas, que se reunieron a verlo en un estanco que tienen por el barrio de Salamanca. No sé si emocionó a alguien más. El otro día le oí decir al hermano del maestro Guerrero:
-Mi voto es para Alianza y para Carlos Arias.
Era en un restaurante y el restaurante se llenó de la fragancia zarzuelera del maestro Guerrero, que era el hermano bueno. Hugh Thomas, Ramón Tamames y Ricardo de la Cierva estudian el franquismo, que para eso son historiadores economistas y políticos. Pero hace falta un poeta que estudie el retrofranquismo, porque todo lo retroque ya me lo dijo Saroyan- es como un cuchillo, como una flor, como absolutamente nada en la vida.
-Bueno, ¿pero qué rayos es el retrofranquismo? -se impacienta el parado.
Retrofranquismo es la sonrisa mozallona de Fraga en sus últimos posters en plan aquí un amiguete. Retrofranquismo es el abanico de doña Pilar Franco , un abanico como del Patrimonio Artístico Nacional, que mueve blandamente el aire de la reforma mientras dice la buena señora, poniendo la voz de la Chata en los toros:
-Esto está lleno de traidores.
Yo, como Toynbee, soy un buen estudioso de las decadencias históricas. Yo (no sé si como Toynbee) soy buen amante de las decadencias femeninas, y por eso me gusta estudiar proustianamente el retrofranquismo, una cosa que nació marcial y marroquí, y que está muriendo galante, cursi y kitsch, cuando el huracán Fraga se dobla como un pisaverde para besar la mano a todas las electoras y saca media sonrisa de Charles Boyer (una fijación cinematográfica de infancia, sin duda) para ilustrar los muros de la patria mía. Aparte el complejo de hermana, se están volviendo tan Finos, los retrofranquistas,. que ya ni parecen franquistas. Pero lo son.
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