"Enrolle de Rock Catalán": buena música y mejor ambiente

El pasado viernes, en el Pabellón de Deportes del Real Madrid, tuvo lugar el Enrolle de Rock Catalán, macroconcierto en el cual se presentaban varios grupos de Barcelona. Si bien estos actos suelen caracterizarse por la incomodidad, los apretones y el humo, la media entrada que se registró permitió que el público se moviera con un poco más de soltura.

Desde este punto de vista, el ambiente fue magnífico, aunque los organizadores perdieran dinero. Y es que en Madrid no existen locales que, con una mediana capacidad, tengan unos precios de alquiler algo menos astronómicos que el susodicho pábellón.Abrieron fuego Suck Electronic Enciclopedic. Su música es una mezcla de distintos estilos, en los cuales predomina la electrónica. Desde luego, se echaba de menos en España un grupo de sus características, pero los Suck no han sabido todavía encontrar una vía de expresión propia y, por tanto, original. Acabaron aburriendo solemnemente.

Tras ellos, intentaron caldear el ambiente Borne. Este es un grupo de claras raíces «jazzísticas», cuyo nivel instrumental, aun siendo de tipo medio, logra dotar a su música de una gran fuerza. Su único y gran fallo se encuentra en las composiciones, que más parecen esquemas introductorios que entidades acabadas y completas.

Santi Arisa y su Tribu tardaron muchísimo en acondicionar el escenario. Y es que en la tribu pueden reunirse 8, 10 o veinte personas en cualquier momento. La sonorización de todo ello es una verdadera aventura. Sin embargo, en cuanto empezaron a tocar, todo el mundo se dio cuenta de que aquello merecía la pena. Una especie de Mothers of Invention, pero en autóctono y en percusivo. Los desmadres vocales dejaban paso a piezas donde lo fundamental era la juerga y la fiesta. La apoteosis se alcanzó con el Rock de la cárcel y La Plaga. Todo un éxito y una experiencia interesante.

Pau Riba, el Esperado, dio un concierto al cual circunstancias ajenas a su voluntad despojaron casi por completo de espontaneidad. Acompañado por tres baterías y cuatro guitarras (entre las que se encontraba la de Max Suñe, de Iceberg), Pau, en una muestra de profesionalidad, dio un repaso a los temas de su último elepé Licors. Lo más destacable fue el mero hecho de que actuara.

Se registraron algunos incidentes con la policía.