Juan Gris
No creo que sea ésta la ocasión de descubrir a Juan Gris ni de ceñir, tampoco el comentario a tan anacrónica visita. Dar fe de que (¡al fin!) nos ha llegado nos lo han dejado llegar, al cumplirse el cincuentenario de su muerte, comporta común sonrojo, sin que de ello quepa deducir demérito (antes bien aplauso) para quienes tuvieron la feliz idea de hacérnoslo accesible a través de esta bien seleccionada exposición antológica.Veintiséis son las obras colgadas, con su correspondiente catalogación, refrendo bibliográfico y recuento cronológico de las exposiciones de que ha sido objeto cada una de ellas. Veinticuatro pinturas y dos dibujos que, año por año (con la aislada excepción de 1915), vienen a darnos cumplida noticia del quehacer del pintor madrileño.
Juan Gris
Galería Theo. Marqués de la Ensenada, 2
Todo aquí es cubismo y rezuma quintaesencia cubista, que, pese a ser Juan Gris hombre de tercera hornada, acertó a llevar más lejos que sus correligionarios las más de sus propuestas. o calar más hondo en sus alcances. Fundada el aula cubista en 1909 por Picasso. Braque, Delaunay, Gleizes. Herbin. Le Fauconnier, Léger, Lothe, Metzinger, Picabia, Kupka, Archipenko y Brancusi, se vio incrementada, al año siguiente con La Fresnaye, Csaky, Marcoussis y los hermanos Duchamp y felizmente coronada, dos años después, merced a la solitaria inscripción de Juan Gris.
Se abre la muestra con una asombrosa pintura, de 1913, en la que se patentiza la peculiaridad cromático- formal de nuestro hombre. Un espléndido collage, de 1914. resume su magisterio en dicha práctica, y la Naturaleza muerta con el mantel blanco, de 1916, es síntoma de su esencial diferencia. De 1917 hay un dibujo magistral; de 1918, un Arlequín característico de su estilo, y otro, aún más característico, de 1919. A contar de 1920, cada año se ve representado por una o varias obras. siendo de destacar el Compotier et flacon (1920), Retrato de Kahnweiler (1921), Le citron (1922), Bol et paquet de cigarreties ( 1923), Bol et verre ( 1924), Guitarre avec incruslations ( 1925), Bouteille el livres (1926) y Guitarre et panier defruits (1927).
Tras haber sugerido la Inscripción tardía y el puesto privílegiado que cumplen a Juan Gris en la nómina del cubismo, me limito a citar, año por año, las obras más relevantes de esta exposición, por creer que en ello va el mejor de sus logros. Encomiable y hasta cierto punto milagroso se me ocurre que en el breve recuento de las pinturas que la integran hayan atinado sus organizadores a ofrecernos una verdadera antología de Juan Gris el mejor de los homenajes, sin duda, al cumplirse ahora el cincuentenario de su muerte.
Babelia
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