Carter acabará con las escuchas telefónicas en Norteamérica
Las promesas de la nueva Administración norteamericana de controlar los abusos de los servicios de espionaje comienzan a materializarse en algo concreto. Ayer, el presidente Carter propuso al Congreso una ley por la que será necesaria una orden judicial para vigilar electrónicamente a los ciudadanos estadounidenses, o para interceptar comunicaciones internacionales originadas en Norteamérica. Al mismo tiempo, se revelaba la decisión del Pentágono de eliminar una unidad supersecreta de espionaje que trabajaba en el extranjero y se conocía como task force 157.Al presentar su proyecto de ley a una delegación de congresistas, en la Casa Blanca, Carter dijo que el fin del mismo era «proteger a los ciudadanos norteamericanos de una intrusión gubernamental innecesaria» y calificó las medidas cautelares que contiene la ley como «un renacimiento del bill of rights (declaración de derechos)» y como algo imprescindible «para acabar con la desconfianza del pasado».
La ley cubrirá todos los tipos de «vigilancia electrónica» (colocación clandestina de micrófonos, intervención de teléfonos, etc), así como la intercepción de comunicaciones internacionales procedentes de Estados Unidos.
Simultáneamente, y según reveló ayer Bob Woodward en el Washington Post, el Pentágono decidió suprimir una de sus redes de espionaje en el extranjero más eficaz y menos conocida: la task force 157. Este grupo, compuesto principalmente por «espías de alquiler» y dirigido por la Marina, tenía entre sus actividades el control de los puestos más importantes del mundo, para vigilar a los buques soviéticos y detectar el traslado de armas nucleares.
La desaparición de este grupo especial será efectiva a finales del próximo mes de septiembre y la mayor parte de sus actividades pasarán a ser desempeñadas por la CIA.
