La OTAN debe tener una presencia mayor en Africa

La Democracia Cristiana de la República Federal de Alemania desea que la OTAN intervenga en Africa, «a la vista de la creciente influencia de la URSS en este continente». La tendencia intervencionista de los conservadores alemanes se hizo sentir hace algunas semanas, cuando sus cuadros dirigentes declararon que habría que reestructurar la ayuda alemana al Tercer Mundo, de manera que la asistencia económica de Bonn se concentrase en aquellos países que hubiesen dado pruebas suficientes de «fidelidad» al mundo occidental. Los socialdemócratas han considerado discriminatoria una medida así.

El experto militar de la Democracia Cristiana y presidente de la Comisión de Defensa en el Parlamento federal, Manfred Woerner, ha declarado ahora que «la OTAN debería ampliar su zona de influencia» y que, en caso necesario, debería enviar unidades navales al sur del Atlántico. Según él, la URSS influye en Africa con el propósito de intervenir después en Europa. El verdadero objetivo de Moscú es, según la Democracia Cristiana alemana, «doblegar la voluntad del enemigo sin necesidad de recurrir a una guerra».Sin aludir al influjo de los grandes consorcios occidentales ni a las condiciones heredadas del período colonial, Woerner enjuicia la situación estratégica en torno a Africa señalando la vinculación de doce países africanos con la URSS y la necesidad de «mentalizar» a Europa para que emprenda una «defensa sicológica» para evitar que Occidente se vea privado de las materias primas que, hasta ahora, proporciona el continente negro. Al tiempo, el experto militar democristiano aconseja al Gobierno federal que apoye masivamente a los países moderados de Africa e incluso que les proporcione asistencia militar. Sin embargo, añade, «una intervención aislada de la RFA en Africa, en el plano militar, sería desacabellada».

Otro prominente democristiano, el jefe de este partido en Hessen, Dregger, ha invocado la necesidad de convertir a la Europa comunitaria en «una Europa política»-, con lo que esto conlleva de gran potencia militar. Dregger ha acusado a Francia de boicotear este objetivo con su actitud que «apenas podría llamarse solidaria».