Las autoridades de Kinshasa creen en una rápida victoria sobre los "katangueños"
Las fuerzas zaireño-marroquíes ocuparon ayer la localidad de Sanikosa, a 260 kilómetros de Kolwezi, considerada como el último de los puestos avanzados que defienden Kasaji, y afirmaron que la caída de esta última población será cuestión de días.
Las autoridades militares hicieron este anuncio al presentar ante la prensa nacional e internacional a un nuevo prisionero capturado en las inmediaciones de SanikoIsa.En la misma sala de la televisión local, bajo idéntico ritual y teniendo como oficiante al auditor general del ejército de Zaire, general Linkuli, fueron prese ntados ayer los siete periodistas occidentales acusados de espionaje, entre los que se contaba a un equipo de RTVE.
Un espectáculo deprimente
El ritual de este tipo de espectáculo es deprimente y carece del carácter aleccionador que pretende otorgársele en la medida en que, bajo la violenta luminosidad de los spots, los periodistas quedan enfrentados únicamente al simple espectáculo de la miseria humana.El primero en sentarse en el banquillo de los acusados fue el ex gendarme katangeño identificado como Kachal Kapinga, natural de la región de Karnina, incorporado a las fuerzas de Moisés Tshombe en 1960 según lo expresado por Linkuli.
Hablando en dialecto lunda con una locuacidad que contrastaba con la expresión y el gesto ceñudo que mantuvo hasta que se le dio el uso de la palabra, Kapinga dijo que: había sido enrolado en las fuerzas rebeldes cuando éstas entraron en su poblado, procedentes del norte de Kasaji y «dirigidas por individuos de piel clara que hablaban portugués».
Las repetidas cuestiones formuladas por un representante de la agencia Azap en el sentido de saber si había visto personalmente a los cubanos, no recibieron. una respuesta afirmativa del prisionero. Los rebeldes, que habrían violado y robado los billetes de banco, tenían la piel «más clara», pero su origen era totalmente desconocido para Kapinga.
La caja... soviética
Con anterioridad, el general LinkuIi y el director general de la Azab, Eleba Ma Ekonzó, mostraron una caja vacía pintada de verde y con inscripciones en ruso que afirmaron «contenía un cohete tipo Sam-7 soviético» y acusaron a la URSS de estar facilitando a los rebeldes armamento sofisticado.La caja, inspeccionada con fruición por los periodistas de la agencia china Hsinjua, contenía un manual de instrucciones. para el manejo del Sam-7 y una serie de indicaciones escritas a mano, que, en opinión del director de la Azap, señalan las veces en que el lanzacohetes fue utilizado.
Junto a la caja fue exhibido un lanzacohetes soviético de otro tipo, capturado por los zaireños. Ninguna inscripción es visible en la referida arma, que es de proporciones ligeramente superiores a la de un fusil de asalto.
En el curso de la conferencia de prensa, Likuli y el comisario de Estado para la Seguridad rechazaron como infundadas las alegaciones de Radio Moscú, que afirmó que en la emboscada tendida por los katangueños a los zaireño-marroquíes el 1 de mayo, estos últimos sufrieron cuantiosas pérdidas humanas.
Linkuli dijo que los periodistas extranjeros serán transportados dentro de un par de días a Kolwezi para que comprueben personalmente el gran número de cadáveres de katangueños liquidados en esa fecha.
El presidente Mobutu, a quien las últimas fotos publicadas aquí presentan en uniforme de combate con las tres estrellas de general, llegó esta semana a la localidad de Kamanga para inspeccionar las avanzadas de las fuerzas zaireño-marroquíes.
Las tropas de Kinshasa se encontraban hoy a 195 kilómetros de Dilolo, y han recuperado gran número de armas de fabricación soviética, según lo expresado por la Azap.
Entre los documentos militares que el mando zaireño asegura disponer figuraría un código enviado a los katangueños por el comandante Claude Capolo, de la Dirección de Transmisiones, gracias al cual se pudieron descifrar varios mensajes en los que los «invasores» solicitaban refuerzos utilizando la expresión «benguela».
Apatía y publicidad
Las afirmaciones de las autoridades militares de Zaire sobre la próxima y rápida victoria contra los rebeldes katangueños contrastan con la apatía y el aparente desinterés de la población de esta capital hacia lo que sucede en la provincia de Shaba.El Gobierno de Zaire ha puesto en marcha una campaña de carácter sicológico destinada a convencer a la prensa internacional de que en Shaba los acontecimientos se precipitan en favor de las autoridades de Kinshasa.
Las informaciones, de lo que ocurre en esa región se encuentran centralizadas a través de la agencia oficial de prensa, Azap, y se desaconseja formalmente a los informadores trasladarse a Shaba, aunque se asegura que los corresponsales extranjeros serán llevados a Kolwezi, Musthatsa y otras localidades cada vez que ello sea necesario.
El número de periodistas occidentales que cubrían la guerra de Shaba ha decrecido notoriamente en Kinshasa.
En el aeropuerto de la capital zaireña continúa el trasiego de los ventrudos aviones C-130 de este país y de Marruecos, país que, según lo que pudimos comprobar personalmente, sigue enviando material logistico hacia Kolwezi.
Pero a nivel de la población, el desinterés es casi total. Numerosas personas a las que invitamos a darnos su opinión sobre el conflicto no supieron ni siquiera mencionar la nacionalidad de los periodistas detenidos ni sabían si éstos continuaban encarcelados o habían sido expulsados del país.
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