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Preparación de las elecciones generales

Soares: "Sin una economía estable, no es posible la democracia"

El primer ministro de Portugal, Mario Soares, expresó ayer en Madrid el apoyo fraternal del Partido Socialista Portugués a «los socia listas españoles, organizados en el PSOE», al mismo tiempo que puso de manifiesto la imposibilidad «de lograr la democracia sin una economía estable».Tal declaración se produjo en el curso de la Conferencia de Partidos Socialistas del Sur de Europa, que fue inaugurada ayer, con asistencia -además del PSOE- de representaciones de los partidos socialistas de Francia, Bélgica, Italia y Portugal, así como invitados de otros países -entre ellos, la Alianza Socialista de Yugoslavia- y el secretario general de la Internacional Socialista, Berrit, Carlsson.

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Los asistentes saludaron con grandes aplausos la presencia de Joan Raventós, secretario general del Partit Socialist de Catalunya, y de Enrique Barón, dirigente de Convergencia Socialista de Madrid. También estaban allí representantes de otros partidos -cuya presencia fue anunciada casi al final del acto-, entre ellos, Julio Jáuregui, del PNV, y Santiago Carrillo, secretario general del PCE.

Las dos primeras intervenciones extranjeras en la conferencia corrieron a cargo del belga Raemekers y el italiano Giolitti, respectivamente. Ambos subrayaron tanto la solidaridad de sus respectivos partidos con el PSOE, como las dificultades por las que actualmente atraviesa la construcción de Europa. Felipe González aprovechó una mención del delegado belga a la celebración comunitaria del Primero de Mayo, para recordar que esta festividad ha tenido en España las características más puras de hace diez o quince años, por su nivel de represión. «Esperemos que éste sea el último año que ocurre tal cosa en nuestro país», agregó González.

Poco después del mediodía, hizo su entrada en el salón el primer ministro portugués, Mario Soares, -quien había sido recibido en el aeropuerto por Alfonso Guerra, miembro de la ejecutiva del PSOE, y por el embajador de su país-, seguido del secretario general del Partido Socialista Italiano, Bettino Craxi.

Este último fue el primero en hacer uso de la palabra. Craxi puso de manifiesto su solidaridad hacia el PSOE, «que no es sólo el partido de la tradición, sino del futuro», y aludió a la resistencia que las fuerzas conservadoras españolas van a oponer para lograr una verdadera democracia. «No obstante, el Partido Socialista Español, será la fuerza principal que evite el triunfo de las fuerzas conservadoras y de aquellos que intentan cambiar algo para que en el fondo no cambie nada»-, agregó.

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Soares: no a un socialismo de miseria

A continuación ocupó el estrado Mario Soares, quien puso de manifiesto la emoción que sentía al encontrarse en Madrid, para expresar su solidaridad con «los socialistas hermanos españoles, que están organizados en el Partido Socialista Obrero Español», al mismo tiempo que aseguraba que españoles y portugueses habían compartido los mismos sentimientos «en la Iberia olvidada por Europa durante el tiempo en que ambos países permanecieron subyugados por los dictadores».

Seguidamente dedicó unos minutos a analizar el proceso político de su país, y la aportación socialista al mismo, afirmando que ella había hecho posible la consolidación de las libertades y la democracia; acompañado de reflexiones sobre el comunismo portugués, al que su partido considera totalitario. En esta parte del discurso, hizo la aclaración de que ya es sabido que el Partido Comunista Portugués es muy diferente a los de otros países del sur de Europa.

Seguidamente afirmó que era necesario luchar «por la Europa de los trabajadores, y no la del capital, y mucho menos la de las grandes compañías multinacionales », al mismo tiempo que se refería a los traumatismos sufridos por la economía de su país con el fenómeno -por otra parte tan importante y necesario- de la descolonización, así como por las redes tendidas por el fascismo portugués durante casi medio siglo, y la incidencia actual de la crisis económica mundial.

«Nosotros -afirmó,- no queremos construir un socialismo de mi seria » y agregó: « Sin una economía estable, no es posible la democracia.»

Estas palabras de Soares, que en cierto modo parecían una justificación a la vía que su partido está siguiendo en Portugal, fueron glosadas por Felipe González en la breve intervención con la que cerró la sesión de la mañana, diciendo que «una cosa es hablar de política y otra hacerla. De la estética de la revolución se pasa a la realidad y a los datos, siempre enojosos, que nos suministran los economistas. Por consiguiente, expresamos nuestra solidaridad para el Partido Socialista Portugués, que tiene un único jez: el pueblo portugués».

Terminada la sesión, Felipe González y Mario Soares abandonaron el salón de convenciones donde se celebra la conferencia y se encaminaron a pie, hacia el restaurante donde almorzaron.

Terminado el almuerzo se reanudó la sesión de la conferencia, a puerta cerrada. La clausura se efectuará en la mañana de hoy.

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