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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Paso es coherente

Esta Danza ritual para una zorra y un escorpión tiene una perfecta coherencia con la muy vasta y muy impresionante obra anterior de su autor. Alfonso Paso se acerca a los doscientos títulos. Su imagen del teatro, de las gentes y de la sociedad esta clara para quien desee verla con tranquilidad. Con sólo dos personajes en escena esa estética contornea muy nítidamente la imagen que Paso tiene del teatro: un formalismo tradicional y solidísimo; una estructura que cuenta la deliberada historia a través de una acción con fuerte y, generalmente, ruda capacidad de sorpresa; unos personajes poco ahondados psicológicamente; una absoluta confianza en la palabra reveladora; un pasmoso sentido coloquial; una gran habilidad para colocar ganchos, entrecruzar la dialéctica verbal, alternar los efectos dramáticos con los cómicos y confiar casi más en lo que se dice que en lo que se hace. Quizá esté presente en La zorra y el escorpión algo que no es frecuente en Paso y ,que está en la base de sus mejores obras: la renuncia a restablecer la situación inicial.La localización y la temporalidad de la obra no son más que concreciones necesarias para el eterno enfrentamiento entre altanería y rencor, decadencia y ascenso, odio y atracción. Es el gran tema de la difícil convivencia. Situación juzgada por Paso con energía transformada en alta temperatura dramática. Está Strindberg al fondo. Pero aquella pobre Señorita Julia ha visto pasar ante sus ojos a casi un siglo de nuevas confusiones. Y entre Strindberg y Albee yo creo que Paso, por ley de vida, está más cerca del norteamericano. Seguramente, con menos capacidad de análisis. Con seguridad, con una teatralidad más afín a los tambores latinos.

La zorra y el escorpión, de Alfonso Paso

Dirección: Diego Serrano. Decoración: Manuel López. Intérpretes: Elisa Ramírez y Armando Calvo. Teatro Infanta Isabel

La dirección, la verdad, es bien poco imaginativa. Y los actores consiguen ese tipo de interpretación pura y simplemente realista, un poco demasiado gestera, pero sólida y defensora a ultranza del entronizado texto. La verdad es que cuesta trabajo, en general, admirar a Paso. Pero todavía es más dificil que uno pueda aburrirse con él. ¿No es enorme?

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