Cinda Firestone y Jean Luc Godard, en la Filmoteca
La Filmoteca inicia en la presente semana dos ciclos: el dedicado a Rene Clair, potenciádo en parte por la presencia en Madrid del realizador, y el dedicado al cine antropológico, una de las vertientes más específicamente científicas del cinematógrafo y de la que existen algunas muestrasescasas- en el panorama español.
De Rene Clair se ofrecen Bajo los techos de París (1930) y El millón, de igual fecha. La primera de ellas es también el primer gran filme francés del sonoro. La segunda está calificada como de «obra maestra» por la crítica especializada. Rene Clair estará presente en el homenaje que la dirección general del Patrimonio Artístico y Cultural y la dirección general de Cinematografía le rendirán en el Museo Español de Arte Contemporáneo el próximo miércoles, 20 de abril, a las 19.30 horas y en el que intervendrá el académico español Julián Marías. Posteriormente se proyectará la película Porte des Lilas, del mencionado realizador.
Con la obra de Clair la cinematografía francesa alcanza uno de sus puntos más importantes por lo que atañe a la «calidad», pero además existe una connotación digna de tener en cuenta: Clair es el primer representante del cine francés que alcanza categoría de «inmortal» al ingresar en la Academia Francesa, dato a valorar en su justa medida, pues demuestra la importancia y el interés que los representantes de la intelligentsia gala sienten por el cine como fenómeno cultural postura distante si no antagónica de la que se tiene por estos pagos.
Por lo que respecta al cielo de cine antropológico, la Filmoteca ofrece 34 películas, agrupadas en doce programas de dos horas cada uno, lo que constituye una se lección del ciclo de mayor enti dad que fue presentado en e Museo de Arte Moderno deNueva York durante 1973. La muestra que se exhibirá en la presente semana incluyen películas norteamericanas realizadas entre 1914 y 1976. La antropología y la etnografía encuentra en el cine una de las herramientas más eficaces para la conservación de parte de la materia básica de las dos ciencias: folklore, costumbres, oficios y un amplio etcétera.
El ciclo dedicado a Jean Lue Godard incluye cuatro largometrajes y un sketch, de la película El oficio más viejo del mundo. El interés de las proyecciones Godard radican en que en una misrna semana se podrán contemplar los resultados de tres fases distintas del realizador: el citado sketch, A Ipihaville y Le Gai Savoir pertenecen al Godard clásico, dentro de lo que supone utilizar tal concepto en uno de los reafizadoresmás heterodoxos de la cinemátografla mundial. Viadimir et Rosa (197 1) corresponde a su fase más radical y comprometida, aquella que firmaba con el colectivo Dziga Vertov, en la que los sucesos del mayo parisino del 68 actuaron de condicionantes. Por último se exhibe también el Tout va bien (1972), primer largometraje en el que vuelve a firmar con su nombre sus obrasy enel que, pese a ello, no podrá ni probablemente querrá, renunciar a la experiencia colectiva.
También en esta semana la Filmoteca rinde homenaje a Jac ques Prevert, recientemente fallecido con la proyección de Quai, des brumes y Los visitantes de la noche, realizadas con guiones suyos.
En el ámbito de las proyecciones aisladas caben destacarse las de Themroc, de Claude Faraldo (1972) y Attica, de Cinda Firestone (1973). En este último caso puede afirmarse que se trata de uno de los filmes políticos de mayor eficacia de cuantos existen en la actualidad. Cinda Firestone, vinculada a la familia de los neumáticos, comenzó el reportaje sobre el motín de la prisión del estado de Nueva York en base a una serie de fotografías y entrevistas con algunos de los amotinados supervivientes. Posteriormente se decidió convertir el proyecto en un filme al tener acceso a las «colas» sobrantes de una emisora de televisión. El resultado pone en cuestión todo el sistema penitenciario norteamericano en base a datos objetivos. Un estilo informativo no partidario que manifiesta su absoluta lucidez analítica.
Babelia
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