"El misterio de las Bermudas es una inmensa construcción submarina"
«No aparece nada extraño en el triángulo de las Bermudas; pero nuestra sorpresa fue enorme ante el muro de Bimini, un muro bajo el mar, una obra colosal que ha sido levantada por hombres inteligentes y muy hábiles.» Esta es la primera conclusión que han extraído los expertos italianos que desde el mes de enero, hasta ahora, han estado investigando el enigmático triángulo de las Bermudas, la zona donde se «pierden» barcos y aviones.
El misterio del triángulo, según ellos, se basa más en especulaciones comerciales y fantásticas que en hechos correctamente interpretados. Por toda explicación de las desapariciones de barcos y aviones, comentaron que era «una zona con condiciones ambientales adversas a las que hay que añadir los errores humanos estadísticos».La expedición italiana -calificada como de expertos- estaba formada por el conocido parasicólogo Uri Geller; Ambrosio Fogar, navegante; Enzo Maiorca, submarinista, y Edmondo Carabelli, geofísico. Durante más de mes y medio, informa la agencia Efe, los expedicionarios llevaron a cabo numerosas inmersiones, hicieron pruebas magnéticas y conversaron con cuantas personas próximas al lugar pudieran dar alguna pista. Como resultado de la encuesta, Ambrosio Fogar opina que el triángulo maldito no existe como tal, que es producto de motivaciones fantásticas y que muchas circunstancias de los accidentes ocurridos en la zona han sido distorsionadas y manipuladas.
Cuando Charles Berlitz escribió su libro sobre el tema, los datos fríos producían pavor. Tras veinticinco años de investigaciones en la zona, Berlitz sigue insistiendo: «Cada semana desaparece un barco, y cada dos semanas desaparece un avión.» Y lo de muestra. Y saca cifras y notas de su agenda.
Fue también Charles Berlitz quien hizo llamar la atención sobre una colosal y extraña construcción que está bajo aquellas aguas. Berlitz nos lo contó asi:
- Investigando hace algún tiempo el mundo submarino del triángulo se encontró una inmensa pirámide de 150 metros de altura, a más de doscientos metros de profundidad, cerca de las Bahamas. Esto es lo que puede ser la Atlántida. Piense que restos analizados con carbono catorce indican una antigüedad de 12.000 a 13.000 años. Exaciamente de la época de la fusión de los glaciares. Si ha sido así, piénsese que el agua producida por el calentamiento de los glaciares supondría una subida del mar del orden de trescientos metros. Coincide, pues. Bajo esa zona hay una auténtica civilización sumergida.
A este respecto los investigadores italianos se han visto sorprendidos, porque ellos sí han visto ese muro y han observado muchas y muy extrañas. cosas. Enzo Maiorca, el submarinista, vio y tocó el muro. Su imprensión es que se trata de «una obra colosal construida por hombres inteligentes y muy hábiles», aunque no se puede hablar de fechas de construcción. Por su parte, el medidor de magnetismo observó numerosas irregularidades. «Esto demuestra que el muro es algo muy diferente a todo lo que lo circunda. Sí es natural, sería una broma de la naturaleza. Y si no, estamos ante un inmenso enigma arqueológico.»
El misterio verdadero es ahora el muro. Según las descripciones, es una extraña estructura de gigantescas piedras rectangulares, cuadradas y poligonales. La parte superior tiene el aspecto de una carretera o de un muelle y tiene de diez a veinte metros de ancho y una longitud de cerca de setecientos metros.
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