El fantasma del Centro
El título con que encabezo mi carta está inspirado en un artículo aparecido hace poco menos de un año en un diario alicantino, en el cual, con el título de «El fantasma del Sureste», atacaba la postura de formar la región del Sureste, señalando la identidad de Alicante con el resto del País Valenciá, y la artificialidad del Sureste lo que unía a murcianos, andaluces y valencianos.Ahora, en coincidencia con estas reuniones que ha hablado sobre la planificación de la región Centro, que es muy aconsejable, me he planteado la identidad y la personalidad de esta región Centro.
Dejando a un lado la situación geográfica, que es indudable, la región Centro carece de todo fundamento histórico y social, limitando a la región castellana a lo que se ha denominado hasta ahora Castilla la Vieja, dejando a Castilla la Nueva con el «significativo» nombre de región-Centro.
¿Es que acaso no tienen un fundamento castellano ciudades como Toledo o Cuenca, o los pueblos de las provincias de Guadalajara o Madrid, o incluso la propia ciudad de Madrid no tiene un fundamento histórico y artístico fuertemente castellano? Respecto a Madrid se dirá que tiene muchos habitantes que no son de aquí. Acaso no pasa lo mismo con Barcelona y no ha dejado de formar parte de Catalunya?
Tampoco hablemos de una Castilla la Vieja y una Castilla la Nueva, sino de simplemente Castilla o País Castellano como se empieza a denominar, que abarque: Burgos, Logroño, Soria, Segovia, Avila, Valladolid, Palencia, Madrid, Toledo, Ciudad Real, Cuenca y Guadalajara, y quizá más adelante unir Castilla con León, pero primero busquemos la propia unidad castellana. Y, por favor, dejemos de inventarnos regiones artificiales como el Sureste o región Centro, que el único fundamento que tienen es el geográfico y no hacen más que dañar a la cultura de las regiones y nacionalidades que forman este Estado español.
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