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A trompicones hacia la democracia

Lenta e inseguramente, España va dando trompicones hacia la democracia. Una serie de hitos han sido sobrepasados: a finales de julio, una amnistía política; a finales de noviembre, la aprobación de la ley de la Reforma Política; a últimos de diciembre, la ratificación de la misma reforma por una inmensa mayoría del pueblo; en febrero, la legalización de los partidos políticos sin veto del Gobierno; el último mes, la promulgación de una ley electoral aceptada por la Oposición, y la última semana, el desmantelamiento oficial del Movimiento Nacional...Todas estas cosas serían casi impensables en vida de Franco y también cuando el señor Arias era primer ministro y el señor Fraga, ministro del Interior. La idea general era que una abierta intervención de los comunistas en la vida política española era una cosa que el ejército no toleraría. El Gobierno Suárez, por el contrario, pensaba de otra forma, pues el liberal y militar profesional general Gutiérrez Mellado garantizaba la neutralidad de las Fuerzas Armadas. Pero el Gobierno quería cubrirse él mismo enviando al Tribunal Supremo los nuevos estatutos, del Partido Comunista para que se pronunciase sobre si eran compatibles con la ley (que prohíbe lo partidos terroristas y aquellos ligados a potencias extrajeras.

El Gobierno sabe que si rechaza la petición del Partido Comunista sumergería a España en una crisis política. Perjudicaría gravemente las posibilidades de unas pacíficas elecciones generales en junio. 5 de abril

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