_
_
_
_

La ley del Libelo, odiada por los periodistas británicos

Juan Cruz

«El Movimiento Nacional se va a deshacer», viene a decir el Times en el titular de su información de ayer sobre las decisiones del último Consejo de Ministros del Gobierno español. Para el diario independiente británico «esto significa que el partido fundado por Franco dejará de existir después de haber monopolizado el Poder desde que terminó la guerra civil». La desaparición del artículo segundo de la ley de Prensa y el traspaso de los delitos de prensa a los tribunales ordinarios se consideran como pasos esenciales tomados por el Gobierno para abrir el camino electoral.

Durante los últimos días, la prensa se había, hecho eco de los temores que existían en España de que el aparato autocrático del anterior régimen siguiera prevaleciendo hasta que se produjera el período electoral. Estas medidas parecen señar que, en efecto, el Gobierno va a neutralizar el Movimiento Nacional, indica el Times.En otros sectores, la información sobre la decisión del Consejo de Ministros sobre la prensa se ha tomado con cauteloso optimismo. Se indica que sería deseable que una vez que el artículo dos ha dejado de existir, el control sobre lo que se publica responda más a los nuevos rumbos de la sociedad española y menos a viejos moldes morales y sociales.

En Gran Bretaña, la Ley del Libelo es particularmente odiada por los periodistas, que no sólo la miran con sospechas, sino que «tienen que vivir bajo su peso todos los días de su vida».. El Libelo siempre se puede producir «sin que ni nosotros ni nuestros abogados lo notemos, y puede venir por la denuncia de cualquier individuo que sobreestima lo que es personal y lo que es público en sus vidas», viene a decir un especialista en temas de prensa en un libro que se acaba de publicar en Londres.

Los daños económicos que se pueden producir a partir del uso del Libelo suelen resultar enormes o, en todo caso, imprevisibles. Digamos que esa ley y la de Secretos Oficiales, que todavía está en vigor, hacen de la prensa, británica un mundo que añora a cada hora las libertades formales que tienen sus colegas en Estados Unidos. El trabajo de un director de periódico, señala Bill Grundy, el especialista al que hemos aludido, debe ser el. de dirigir su medio de comunicación y no el de malgastar su- tiempo en los tribunales.

Otra preocupación de los directores británicos que se enfrentan a la Ley del Libelo como a la propia sombra del demonio es la posibilidad de que un trabajo publicado en su periódico sea considerada como una violación de los secretos sumariales. En este caso, las condenas, que suelen ser severas, no las pagan sus empresas, sino que tienen que ser abonadas por su propio bolsillo.

La Cámara de los Comunes, la madre del Parlamento, es otro elemento que puede hacer especialmente infernal la vida de un director de periódico en Gran Bretaña: los diputados pueden hacer uso de sus privilegios para denunciar cualquier historia publicada en la prensa referente a asuntos debatidos en la Cámara o a la actitud personal de los parlamentarios.

Las principales amenazas la Ley del Libelo y la de Secretos Oficiales- son lo suficientemente imprecisas, señalan los periodistas británicos ,como para ser aplicadas en diferente forma, según la estimación personal de los jueces y de acuerdo con las circunstancias en que viva la política del país en ese momento.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_