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Reducción de armas estratégicas

Vance conversa con Schmidt sobre sus negociaciones en Moscú

El secretario de Estado norteamericano, Cyrus Vance, llegó ayer a Bonn, procedente de Moscú, trashaberse declarado en la capital soviética «decepcionado» ante el fracaso de sus negociaciones con Leonidas Brejnev, secretario general del Partido Comunista de la URSS, sobre reducción de armas estratégicas. «No hemos hecho progresos en lo esencial», dijo Vance luego de una última entrevista con Brejnev, poco antes de partir hacia Bonn. Casi al mismo tiempo, el presidente Carter manifestó en Washington que Estados Unidos está dispuesto a aumentar sus arsenales si los soviéticos «no actúan de buena fe» en las negociaciones, y reiteró que no modificará su posición en materia de derechos humanos.

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Las propuestas norteamericanas rechazadas por los soviéticos superaban los términos de una simple ratificación del acuerdo básico del ex presidente Ford con Brejnev en Vladivostok, de 1974, que expira el próximo octubre, y preveían varias alternativas: la reducción sustancial de los 400 vectores nucleares de todo tipo (carga simple o múltiple), a sólo 2.000, e incluso a 1.500, o en caso contrario la ratificación del convenio de Vladivostok, y la decisión de continuar en el futuro las discusiones sobre las características estratégicas del proyectil norteamericano «Cruise» y del bombardero atómico soviético «Backfire».

Aparentemente, la Unión Soviética estaría dispuesta a ratificar los acuerdos de Vladivostok si en éstos se incluyese al «Cruise», pero no al «Backfire», como pretende Washington.

No obstante, según algunos expertos norteamericanos, tanto Brejnev como Gromyko, ministro de Relaciones Exteriores de la URSS, habrían, sugerido durante sus charlas con Vance que ese punto podría ser objeto de otro examen, en caso de que la Administración Carter se mostrase decidida a modificar su política sobre los derechos humanos en el Este.

Schmidt resta importancia al desacuerdo

La visita de cinco horas efectuada ayer a Bonn por Vance tuvo el propósito de informar al canciller Helmut Schmidt sobre sus conversaciones en Moscú. En una conversación mantenida con corresponsales extranjeros, el canciller alemán restó importancia al desacuerdo estadounidense-soviético y aseguró que un entendimiento inmediato le «habría sorprendido». Schmidt, según aclaró, considera «normal» que ni Moscú ni Washington hayan alterado sus respectivas posiciones.Durante sus conversaciones con Schmitd, Vance también expuso el interés de Washington en la próxima conferencia económica occidental, a realizarse a mediados de mayo, en Londres. Ambos examinaron, finalmente, los problemas relativos al acuerdo germano-brasileño, sobre centrales nucleares, al que Estados Unidos sigue oponiéndose abiertamente.

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