No hubo crecimiento cero para la economía italiana

El Gobierno italiano presentó al Parlamento el balance económico de 1976. La hipótesis de crecimiento cero para 1977 queda descartada, porque el aumento de la renta interior bruta fue del 5,6% y el de la producción industrial de un 12%.

Este arrastre de la coyuntura ha provocado efectos positivos en lo que va de año. Las perspectivas pues, para 1977 son de crecimiento. Según cálculos de la patronal, la renta nacional será en 1977 un 5% más que la del año pasado, y el índice de producción industrial aumentará un 4 ó un 5 %. Aplicando a raja tabla la receta del Fondo Monetario Internacional, se espera que la inflación se reduzca a fines de este año a un 13 %, en vez del 20 en que actualmente está situado.Según la relación presentada por Andreotti, el año pasado la renta del trabajo dependiente aumentó un 22,7% en términos monetarios y en un 4,4% en términos de poder de adquisición real.

El desempleo ha aumentado, desenganchándose del ciclo productivo y refiriéndose sobre todo al primer empleo. La ocupación agrícola disminuyó 35.000 unidades, mientras la industrial lo hizo en 5.000.

Pese al paralelismo coyuntural de la economía italiana con la de los países industrializados en cuanto a producción y demanda, las condiciones de equilibrio son muy diversas. En Italia se han desequilibrado las cuentas con el exterior, pues el pasivo de la balanza de pagos ha sido de 2.380 billones de liras.

En conclusión, según el informe, los resultados de 1976 han confirmado la capacidad de reactivación de la economía italiana, poniendo en evidencia la dificultad de conciliar en corto plazo un fuerte aumento de la demanda interna con un equilibrio en las cuentas con el exterior, así como la necesidad de adaptar la dinámica de los costos interiores a la de los países concurrentes.

El Gobierno Andreotti acaba de firmar con los sindicatos un acuerdo para reducir el costo del trabajo. Esto se interpreta más bien como un «acuerdo estratégico» para obtener el préstamo de 530 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional que como un acuerdo programático que sobre todo la izquierda persigue para llegar también a fórmulas políticas de gobierno, más estables que la del actual Gobierno Andreotti, basada sobre la abstención de los partidos de la izquierda.