Galán toreará tulios en Madrid y miuras en Pamplona

Diez matadores de toros que se encuentran entre los que más torearon durante la temporada 1976 faltan en los carteles de la feria de Sevilla.

El caso de Palomo Linares no tiene discusión posible, pues convalece de una operación de menisco, y la recuperación es lenta, hasta el punto de que quizás no pueda reaparecer hasta después de la feria de San Isidro. Paco Alcalde, a quien apodera Cámara, estuvo mal en Sevilla el año último y por lo tanto la empresa no ha tenido ningún interés en contratarle para la edición actual. No le ha valido, en esta ocasión la fuerza del apoderado. Antonio José Galán estuvo apalabrado para la corrida de Miura, pero a última hora lo quitaron del cartel y le ofrecieron en compensación otra tarde. Sin embargo, como se trataba de la corrida de Guardiola, con una combinación de toreros sin demasiados atractivos y fuera de «farolillos», el apoderado, José Mari Redondo, decidió que no fuese a ninguna corrida.Dámaso González, exclusiva de los Chopera Chicos, hace ya tres años que no va a Sevilla y tiene allí pocos partidarios. La misma casa apodera a Luis Francisco Esplá y hubo negociaciones para que este torero interviniera en la feria, que no cuajaron. Los Chopera Chicos sólo «colocan» al Niño de la Capea en esta feria de abril, que no es poco. Tampoco tuvieron éxito las gestiones de Emilio Miranda para su torero Curro Vázquez, y ésta es quizás la ausencia que más se lamenta, por ilógica, toda vez que Curro es sevillano, torero de buen corte y de un estilo que siempre gusta en su tierra.

El malagueño Miguel Márquez, actualmente sin apoderado, es un veterano con una profesionalidad consolidada, de vuelta de muchas peripecias, que van desde su época de tremendista a la actual de lidiador, pero sin cartel bastante para la feria, donde tampoco sería novedad. Otro es el caso de Parrita, al que lleva Manolo Cano. Torero inédito en muchas plazas, durante la temporada 1976 no cogió fuerza suficiente para poder entrar en las grandes ferias. Esa fuerza, que indudablemente teñían, la perdieron Roberto Domínguez y Julio Robles, diestros de estilo, a quienes representan, respectivamente, Juvillano y Angel Luis Bienvenida.

La ausencia de Sevilla podría suponer un freno en su carrera para la mayor parte de estos toreros, pero vendrá la «repesca» de San Isidro en cuyo abono casi todos tendrán algún puesto. Es casi seguro que Esplá sea contratado para su confirmación de alternativa y quizás otra tarde más; Dámaso González tendrá asimismo dos tardes (todo lo cual está aún por hacer, no obstante, pues los acuerdos entre exclusivistas y empresa aún no se han ultimado), Miguel Márquez se medirá, una vez más, con los victorinos, y no faltará Alcalde.

Galán, que si no es enfrentado con el toro dicesqbka cosa, seguramente contratará la tarde de los tulios y la de los cortijolivas. Para Julio Robles habrá otros dos puestos, casi con seguridad. A Parrita se le ofrecerá la oportunidad de confirmar la alternativa, y Roberto Domínguez y Curro Vázquez no tienen las cosas muy claras.

Por otro lado ya se sabe que las corridas de los San Fermines serán ocho, más una novillada, y se celebrarán entre los días 6 y 14 de julio ambos inclusive. La Santa Casa de Misericordia, que organiza estos festejos, ya ha comprado toros a las siguientes ganaderías: Pablo Romero, Miura, Los Millares (antes Concha y Sierra), Juan Guardiola, Torrestrella, Benítez Cubero, Osborne-Domecq y César Moreno.

Las combinaciones de toreros aún no están ultimadas, por supuesto, aunque ya hay establecidos varios compromisos. Por ejemplo, no faltarán El Viti, Manzanares, Niño de la Capea y Paco Alcalde, entre otros. A Paco Camino se le ha ofrecido su reaparición en Pamplona, a donde no va desde hace dos años. Por otra parte habrá las discriminaciones de siempre, respecto al montaje de los carteles, lo cual ya parece inevitable. Por ejemplo Galán toreará las corridas de Miura y de César Moreno, mientras para Manzanares serán las de Torrestrella y Benítez Cubero. Esto siempre fue así, y en esta época de la tauromaquia con más exageración que nunca: unos se atracan de bombones pero las purgas son para otros.