_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El potencial creador

La muerte, en circunstancias patéticas conocidas, del verdadero patriarca de las letras checas, J. Patocka, invita a ocuparse de su obra, y más habiéndose publicado en castellano hace sólo unos meses el libro que él firmó, Los intelectuales ante la nueva sociedad (Akal). Sirva esta columna, pues, de pequeño homenaje al pensador desaparecido, en ella me voy a detener en su escrito (cuya temática me es profesionalmente próxima), Contribución a la filosofía de la literatura.

Patocka arrancaba, para tratar del arte verbal, del hecho evidente de la transitividad de la lengua ordinaria; la lengua, escribía, «seña la desde sí hacia fuera, hacia la cosa». Sirve primordialmente para referirse al mundo y denotarlo, y por tanto con ella penetramos en lo que no podemos experimentar por nosotros mismos (el enunciado me duele la cabeza hace que pueda comprenderme un amigo sin que él tenga que experimentar por sí tal dolor).

Más información
Jan Patocka, el filósofo de la resistencia

Ahora bien; remontándose a una idea muy praguense (nos referimos al Círculo Lingüístico de Praga, y a Roman Jakobson), nuestro autor percibía un grado de «intransitividad» idiomática en ciertos tipos de discurso, que al margen de referirse al mundo llaman la atención sobre sí mismos, estando compuestos de esta maneta con artificio formal en que «las partes y el todo se presuponen mutuamente». El grado límite de esa construcción formal-intransitiva se cumple en la obra literaria: «Sin cambiar la orientación que se viene dando al uso de la lengua, sin volverla de afuera hacia adentro, no hay producción literaria.»

El placer estético, argumentaba en otro momento Jan Patocka, procede del trascenderse del hombre en el hecho de la obra artístico-verbal, ya que objeto de la vida no es la vida misma, «sino el mundo al que la vida provee de sentido», y este sentido o «eco» del mundo lo descubre primaria e intuitivamente la poesía (la literatura). Si ésta es idioma construído, objetivado, se entiende que la objetivación del idioma constituya «un ejemplo especialmente nítido de la trascendencia del hombre».

El discurso literario, pues, no trata de generalidades, sino de lo único, y no define, sino que sugiere. El saber que nos trasmite no está formulado en leyes y reglas; puede considerarse como aprehensión y percepción de lo esencial, y no de lo real. En definitiva, la literatura sirve para concretar la individualidad de la existencia espiritual del hombre.

Todo el fondo del alegato de Patocka apunta, me parece, al reconocimiento del «potencial creador» y «apertura cultural» caracterizadores de lo humano; potencial que -como ha dicho otro pensador praguense, R. Richta- es lo único que eleva al hombre por encima de las creaciones técnicas más poderosas que él mismo ha ideado.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_