Los campesinos, contra la explotación de un monte comunal para canteras

Un nuevo foco de agitación campesina acaba de brotar en Lugo, al haber concedido el Ayuntamiento de Cervo a una empresa privada la explotación de las canteras situadas en el monte Costa de Leiro, situadas en la parroquia de Santa María de Leiro. Los vecinos, alrededor de ochenta, de la parroquia de Santa María de Leiro, consideran que la propiedad del monte les pertenece y están dispuestos a permanecer ocupando el mismo hasta que se resuelva el problema.Acompañados por el párroco, un anciano sacerdote, de 66 años de edad, que se muestra muy preocupado por la situación creada, los vecinos subieron al monte el pasado martes. Cambiaron impresiones con el encargado de las canteras, y poco más tarde consiguieron paralizar las obras en curso. Las mujeres taponaron mientras tanto los agujeros en los que iban a ser introducidos los barrenos. Un representante de la empresa concesionaria hizo llegar un notario, que levantó acta.

Aparte de los daños que la cantera produce a los campesinos, al obligarles a prescindir de una zona de pastos y de recogida dé vegetales para abono y para la explotación ganadera, los vecinos muestran su temor de que las obras puedan. ocasionar accidentes. Muchas casas están situadas en las proximidades de la cantera, y las piedras desprendidas al explotar los barrenos amenazan con llegar a los tejados. Por otra parte, una línea de. alta tensión pasa por encima de las obras y ya fueron algunas veces alcanzadas por las piedras.

Un caso similar al de Cervo se registró hace poco tiempo en el municipio también lucense de Begonte, donde el Ayuntamiento concedió, igualmente, autorización a una empresa privada la explotación de un arsenal de arena en el lugar de San Vicente Dapena. «Nosotros -declararon algunos vecinos- queremos que se nos respeten nuestros derechos en un monte que siempre fue nuestro y que ahora una cacicada municipal hace que pase a ser beneficio de los intereses privados. En todo caso, para hacer lo que están haciendo tendrían que ponerse de acuerdo previamente con los verdaderos usuarios del monte y pagarnos los daños que nos originan.»

La Guardia Civil de San Ciprián mantiene hasta ahora un discreto control de la ocupación del monte, sin llegar a intervenir decisivamente. Si el conflicto no se soluciona, éste podría ser un inesperado caso de conflictividad agraria, que vendría a unirse al importante de As Encrobas, todavía sin solución definitiva, y a otras protestas campesinas que están teniendo lugar en Galicia.