Un préstamo del Fondo Monetario crea dificultades al Gobierno Andreotti

El primer ministro, Giulio Andreotti, comenzó ayer sus conversaciones con los partidos que se abstienen de votarle en contra en el Parlamento, para presentarles formalmente la «carta de propósitos» que el Gobierno tiene que firmar con elobjeto, de obtener, a fines de este mes, un préstamo de 530 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional.Las conversaciones con la delegación del Fondo, presidida por Alan Whittome, comenzaron el 15 pasado. El sábado, Andreotti presentó el documento de compromiso a su Gobierno y ayer lo hizo a los partidos Liberal, Republicano, Socialdemócrata, Socialista y Comunista, dejando para hoy martes la Democracia Cristiana.

El Fondo Monetario Internacional quiere, en pocas palabras, que el nivel de vida de los italianos le adecue más a sus recursos reales que a sus disponibilidades. El Fondo indica que es urgente reducir la tasa de inflación al 13 % y equilibrar a toda costa la balanza de pagos, reduciendo el costo del trabajo y los gastos públicos.

De acuerdo con esta línea, la política económica de austeridad que Andreotti ha sometidoa la aprobación del Parlamento propone que, para recoger los fondos necesarios para fiscalizar las cargas sociales, los impuestos indirectos al valor adjunto (IVA) no tienen que influir en la adecuación de los salarios al costo de la vida. Los comunistas, socialistas y sindicalistas se oponen rotundamente a ello, porque, en su opinión, quien paga el pato es siempre el obrero y porque el Gobierno terminará por aumentar más los impuestos directos.

Con las conversaciones de ayer, Andreotti se propone obtener un apoyo formal y solemne a su política con el pretexto del préstamo del Fondo Monetario. Los partidos políticos hablaron en seguida de crisis inminente de su Gobierno, pero después de dos discursos políticos importantes, el domingo, del comunista Giorgio Améndola en Milán y del secretario de la Democracia Cristiana, Benigno Zaccagnini en Turín, hoy se habla simplemente de «crisis guiada, o pilotada». Una crisis inmediata a oscuras, según Améndola, haría el juego de la derecha democristiana y bloquear el proceso de clarificación pedido por los socialistas, que comenzará mañana con intensas conversaciones bilaterales con todos los secretarios de los partidos.

La «carta de compromiso», o de buenos propósitos, que Italia tendrá que firmar con el Fondo Monetario Internacional puede convertirse en un instrumento de maniobras políticas, en vez de ser un simple documento de estrategia económica. La polémica ha surgido ya en términos de «interferencia» del Fondo y «pérdida de la soberanía».