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El orden público, caballo de batalla del Gobierno italiano

Una potente bomba, de cuya colocación se hizo responsable el « Grupo Armado por el Comunismo», provocó ayer graves daños en el Palacio de Justicia de Florencia, mientras la huelga de cuatro horas para protestar por el abandono del Sur del país transcurrió sin violencias y con muchos discursos de los líderes sindicalistas. El Consejo de Ministros volvió a ocuparse del tema del día: el orden público, más para hacer un enésimo balance de la situación que para adoptar las medidas extraordinarias que el hombre de la calle está exigiendo diariamente.

Días pasados, informaciones de agencias habían hablado de un posible recurso a la proclamación del estado de excepción. Lo que es una simple hipótesis teórica en el papel de la Constitución, están muy lejos, sin embargo, de la realidad político-social italiana. El alarmismo con que ciertas opiniones, conniventes con el «catastrofismo» de los observadores anticomunistas, suelen presentar la situación italiana sólo sirve para perjudicar su economía; más de 2.000 reservas, de hoteles pata las próximas fiestas de Pascua habrían sido canceladas sólo en Roma. La reciente baja de la lira también se debe, en parte, a ello.Ayer, el grupo de diputados democristianos avanzó, tras una reunión de casi dos días, la propuesta de volver a introducir el «arresto preventivo». La propuesta que fue considerada inmediatamente provocatoria por comunistas y socialistas, no sólo ha merecido su airada y rotunda negativa, sino que ha servido para hacer más difíciles sus ya tensas relaciones con la Democracia Cristiana. Para ésta, se trataría simplemente de prevenir los desórdenes, facultando a la policía para detener durante 48 horas los sospechosos de insurrección armada devastación, saqueo, estrago, guerra civil, desastre ferroviario, atentado a. la seguridad de transportes, banda armada, secuestro de persona por rapiña, o extorsión.

Más proyectos de orden público

A la izquierda, tal medida extraordinaria le parece volver a los sistemas del fascismo y considera suficientes la reforma del cuerpo de policía y, sobre todo, la voluntad política de aplicar las leyes existentes. El Gobierno Andreotti se ha comportado hasta ahora con la máxima cautela y el imprescindible realismo, a fin de no lesionar irreparablemente los equilibrios políticos que lo sustentan.El Gobierno tiene presentados en el Parlamento otros proyectos de ley, todavía no debatidos, que contemplan procesos sumarios para quien ilegaImente posea armas, además de una normativa para que los procesos se celebren más rápidamente, ;e revisen los permisos de las cárceles y aumente el personal.

Está también por aprobar el aumento de sueldo de los agentes del orden, incluidos los guardianes. Andreotti espera, sobre todo, que el Parlamento apruebe una reforma de los servicios de información y seguridad, ya presentada por él hace meses.

El tema del orden público, en su conjunto, es el más grave y complicado que la democracia italiana tiene planteado en este momento. El Partido Comunista. según demostró la reciente reunión de su comité central, está dividido entre ser un partido de gobierno, prosiguiendo la estrategia de no hacer caer a Andreotti, o ser un partido de oposición.

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Para restañar las heridas de la pérdida de contacto con las masas y, sobre todo" con los estudiantes, que los últimos acontecimientos agravan, Giorgio Napolitano, en nombre de Enrico Berlinguer -que no pudo cerrar el debate a causa, al parecer, de una indigestión de dátiles que le había regalado un embajador oriental- defendió la tesis de no provocar una crisis de Gobierno a oscuras, sino exigir que el cuadro político cambie, de modo que el Partido Comunista cuente con mayor responsabilidad.

O la Democracia Cristiana se mueve buscando nuevas relaciones de fuerza con los comunistas, o la responsabilidad de lo que Pasa en el país es suya.

La Democracia Cristiana, que después del escándalo Lockheed ha atirantado sus relaciones con los comunistas pasando casi a una política de desafío, ha aceptado comenzar el miércoles que viene las conversaciones bilaterales desde hace tiempo propuestas por los socialistas. Estos no quieren que la única alternativa al Gobierno sean las elecciones anticipadas, ni quieren. darle vida a Andreotti hasta las elecciones al Parlamento Europeo. Las hipótesis más realizables están en crear un nuevo monocolor con la participación de «técnicos» que den garantía a la. izquierda, o en volver a un Gobierno de republicanos, socialdemócratas y democristianos, con el apoyo de socialistas y comunistas.

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