Problemas para Carter por su defensa de los derechos humanos
La cruzada en pro del respeto a los derechos humanos en el mundo, emprendida por el presidente Carter, comienza a crear serios problemas a la nueva Administración norteamericana. A las criticas procedentes de los países del Este se suman ahora las de algunos Gobiernos aliados de Estados Unidos, e incluso puede advertirse un cierto malestar en el seno del propio establishment de Washington.Mientras las condenas de Jimmy Carter y su Gobierno a las violaciones de los derechos humanos se limitaron a la Unión Soviética y otros países socialistas, la situación no preocupó más que a los partidarios de la detente, que temían que una reacción airada de Moscú diera al traste con las conversaciones SALT, sobre limitación de armas estratégicas.
Sin embargo, el interés de Carter por los derechos humanos necesitaba, para gozar de credibilidad, centrarse en otros países, muchos de ellos tradicionales aliados de Washington, en que dichas violaciones son constantes y graves.
Por otra parte, los sectores más liberales del Congreso alentaron las críticas de la Administración demócrata hacia los regímenes dictatoriales que se habían venido beneficiando del apoyo, cuando menos tácito, de Washington.
Por ejemplo, el congresista Koch, demócrata por Nueva York, se refirió al tema la pasada semana en la Cámara de Representantes, diciendo que Estados Unidos no debía dejarse intimidar por «las protestas de los tiranos» y recordaba que las críticas de Washington a la situación de los derechos humanos en la URSS habían sido aplaudidas por «los dictadores de Argentina, Chile y Brasil, que no pensaban entonces que Estados Unidos estuviera inmiscuyéndose en los asuntos internos de la Unión Soviética».
Cuando el tema les afecta a ellos, continuó Koch, se sienten ofendidos y nos acusan de ingerencia en su política interior. «Hemos estado proporcionando ayuda militar a esos países para ayudarles a mantener su propia, seguridad, en contra de los disidentes interiores. ¿No es esto acaso una forma de intervención que debemos detener si queremos realmente apoyar el respeto a los derechos humanos?»
Tras referirse a la esperanza creada en los pueblos latinoamericanos por las declaraciones sobre el tema del Gobierno de Estados Unidos, Koch dijo que «esos pueblos esperan que no cejemos en nuestro empeño... Sus Gobiernos les silencian con pistolas y con la tortura. Es la opinión pública internacional quien debe prestarles una voz que defienda sus derechos básicos».
«¿Es que vamos a volvernos tímidos ahora?», dijo Koch refiriéndose a los consejos dados a Carter de que modere sus críticas hacia las dictaduras latinoamericanas, «simplemente con hablar en defensa de los derechos humanos hemos creado el miedo en los corazones de los tiranos de todo el mundo. No nos dejemos intimidar por sus protestas».
Las protestas de esos «tiranos» a que se refería el congresista. Koch no han dejado de crear cierta inquietud entre los medios más conservadores del aparato político norteamericano.
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