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Los labolistas británicos confían en recuperar su mayoría parlamentaria

Juan Cruz

Los laboristas confían en recuperar su mayoría parlamentaria en el plazo de un mes, porque creen que van a ganar las elecciones para cubrir los escaños que quedaron vacantes en Birmingham y Grimsby tras la marcha de Roy Jenkins para presidir la comisión europea de la CEE y la muerte de Anthony Crosland, el anterior ministro de Relaciones Exteriores.

Las zonas electorales que ambos dominaban han sido por mucho tiempo lugares seguros para el laborismo. En Stechford (Birmingham), Jenkins obtuvo en las últimas elecciones generales una mayoría de 11.000 votos, y Crosland alcanzó en Grimsby en la misma consulta electoral cerca de 7.000 votos de diferencia sobre su contendiente conservador. La elección para cubrir el escaño de Jenkins se celebrará el 30 de este mes en Grimsby. La representación parlamentaria que ostentaba Crosland se pondrá a votación a mediados de abril.La confianza que tiene el Gobierno de recuperar esos dos escaños se basa en la oportunidad de la convocatoria. La votación para sustituir a Roy Jenkins tendrá efecto dos días después de que el ministro de Hacienda anuncie el presupuesto general para este año financiero. En el presupuesto habrá concesiones notables para el mundo del trabajo, cuyo apoyo es esencial para que la Administración obtenga de los sindicatos un nuevo compromiso de restricciones salariales. Lo que el Gobierno ofrecerá a cambio de ese acuerdo serán reducciones en los impuestos. Tanto para el electorado de Birmingham como para los votantes de cualquier zona del país, ese tipo de concesiones puede hacer olvidar las posibles quejas que se tengan contra la actuación del partido que está en el poder.

El apoyo escocés, imprescindible

Una victoria tory en Birmingham y Grimsby acentuaría las dificultades parlamentarias del Gobierno, que ahora intenta salvar su ley de devolución para Escocia y Gales tratando de conseguir compromisos políticos con los partidos de la oposición. Si los conservadores cumplieran su propósito en ambas consultas electorales, podrían hacerse realidad las predicciones de su presidente, Lord Thorneycroft, que asegura que el Gobierno se verá obligado a convocar elecciones generales en el otoño inmediato, a pesar de la confianza de tiene Callaghan de seguir en su puesto sin más contratiempos hasta 1979, cuando acaba el mandato laborista.La supervivencia del Gobierno depende ahora sobre todo, gane o no gane aquellas dos elecciones, en el apoyo que obtenga de los escoceses que ocupan escaños en el Parlamento. Ayer, en Escocia, Michael Foot, el vicelíder laborista que presentó en el Parlamento la ley de devolución, aseguró a los representantes de aquella región de que el partido y el Gobierno están dispuestos a luchar hasta el final para hacer que esa ley figure al final de esta sesión en los códigos legales del Reino Unido. Foot, que hablaba en la asamblea anual del consejo escocés del Partido Laborista, no obtuvo una acogida muy cálida, porque en Escocia se cree que las posibilidades de que la Administración cumpla sus deseos son mínimas, tras la derrota que sufrió en su propósito de acortar el tiempo de debate de este proyecto de ley de descentralización.

Wilson y el «tigre» comunista

Entretanto el ex primer ministro británico Sir Harold Wilson volvió a atacar a los comunistas y calificó de «peligrosa herejía» las alianzas entre socialistas y el PC con fines electorales.En un discurso que pronunció ayer en, Roma, y cuyo texto fue hecho público antes en Londres, Wilson lanzó un fuerte ataque a las tácticas comunistas y recordó que, durante la conferencia de líderes socialistas en Dinamarca el año pasado, el francés Francois Miterrand afirmó en un discurso que una fórmula para el avance socialista debía incluir las alianzas electorales con los partidos comunistas.

«Yo pedí -explicó Wilson- un aplazamiento de la sesión para coordinar con varios líderes socialistas, la mayoría de ellos primeros ministros, nuestra oposición a la idea. Yo fui el encargado de dar la respuesta final y lo hice citando un viejo poema británico que habla de una joven dama que salió a pasear con un tigre, terminando el paseo dentro del tigre, mientras éste sonreía.»

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