La diáspora
Diáspora, de Cristina Peri Rossi.Editorial Lumen.
Barcelona, 1976. 89 páginas.
Si Angel González afirma que «Escribir un poema se parece a un orgasmo» (a veces), Cristina Peri Rossi pretende establecer una trabazón entre su deseo acrisolado en verso y la realidad de un cumplimiento erótico. Pese a que la literatura no nos da más que ilusión de vida, esta idea tendrá fuerza, si no tanto en un juego literario como «he de amarte/medida y rimada ...», sí cuando indica un conflicto de intereses en la autora («discúlpame/la literatura me mató/pero te le parecías tanto») o cuando la palabra insuflada con un sentido alegórico acata una obsesión de niñez perdida en el poema más logrado del libro Cacería para un solo enamorado.
El exilio
El tema del texto, a través de poemas con juegos repetitivos al modo de Gertrude Stein y a, veces tan breves que parecen no más que apuntes, se insinúa como la diáspora del poeta de la tierra del amor. Este exilio se realiza mediante unos símiles sorprendentes y efectivos. Así, el cuerpo que pierde «su color/como un pueblo/diasporado-» (siendo el amor un mundo) o Afrodita que «está triste.... como una silla ya vacía». En el libro anterior a éste, Descripción de un naufragio (105), torneado por un poema único, po demos ver cómo la uruguaya Peri Rossi acierta al desarrollar la com paración poética.No obstante, ciertas características de Diáspora demuestran una, limitación en el plantearrilento del libro. En primer lugar, el buceo en los placeres prohibidos debe justificarse poéticamente por la calidad del lenguaje y no por el simple atrevimiento de contarnos lo vedado en razón del shock producido, tal como el poeta hace en sus na rraciones anecdóticas. Segundo, aunque un retorcimiento o un descenso de estilo puede en oca siones ser válido, muchos versos finales de Diáspora parecen gratuitamente astutos. Así, La amarántula, con una espléndida percepción como La plural sabiduría de las hormigas, sufre por una actitud anti-burguesa superficial en los últimos versos: «Y hay gente que todavía/espera la televisión en colores.»
En el poema Diáspora, que da título al libro, Peri Rossi oscila entre una nostalgia elegíaca por una amigo hippy y un rencor contra ella. Este último sentimiento es tan amargo que induce al lector a una pérdida del asentimiento o simpatía, cosa que algunos de los mejores poetas de España de este siglo, varios, con un erotismo (como el de Peri Rossi) poco convencional, han sabido evitar. A este respecto, la elegía Alejandra entre las lilas, aparte de rasgos sentimentales, es más auténtica en la constancia del tono.
Feminismo
El feminismo de Peri Rossi, aunque falta la intensidad sostenida de la norteamericana Adrienne Rich, puede dar lugar a imágenes acertadas como su caracterización de los significados simbólicos de la mujer: «Las vértebras/de un calcinado/animal mitológico», pero casos específicos servirían mejor a esta causa que una general condena de prostibularios y poetas conquistadores.
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