Giscard d'Estaing desmiente la crisis gubernamental
El palacio presidencial del Elíseo publicó ayer a mediodía un mentís rotundo a los rumores sobre la «crisis» gubernamental que seguiría a las elecciones municipales de los días 13 y 20. Según estos rumores, el antiguo primer ministro, Jacques Chaban Delmas y el ex ministro y escritor Alain Peyrefitte, entrarían en el Gabinete Barre.
A pesar de la diligencia del palacio del Elíseo para desmentir estas hipótesis sobre el futuro del Gobierno después de la votación, las elecciones municipales, y sobre todo la «batalla de París» van a dejar cicatrices abiertas que provocarán la crisis. Esta opinión es bastante general. Si el actual ministro de Industria, Michel de Ornano, fuese elegido alcalde, abandonaría todos sus puestos. En este mismo caso, se consideraría «lógica» la intención del presi dente de la República, Valery Giscard d'Estaing, de acabar con el «chiraquismo».La politización creciente de las municipales ha encarnizado las querellas entre las dos tendencias de la mayoría, no sólo en la arena electoral, sino incluso en el seno del Gobierno. La cohesión ministerial, según fuentes diversas, se mantiene sólo en apariencia. Varios ministros giscardianos no les dirigen la palabra a los partidarios del señor Chirac fuera del Consejo de Ministros. Chirac está movilizando todas sus posibilidades para contrarrestar la ofensiva que ha desenca denado el giscardismo contra él. El ministro de Relaciones con el Parlamento, Robert Boulin, siguiendo las consignas del RPR de Chirac, se manifestó ayer públicamente en favor de la acción política de su jefe. Tal vez otros ministros puedan secundarlo. Si el señor Chirac fuese el vencedor de la «batalla de París». La coexistencia en el Gobierno actual de los ministros «chiraquistas» no se prevé fácil. La promoción eventual de Chaban Delmas y Jean-Jacques Servan Schreiber, ambos enemigos declarados de Chirac, no es ilógica. Alain Peyrefitte fue recibido recientemente por el presidente de la República y no se le considera como un gaullista «visceral».
En cualquier caso, es opinión general que el porvenir del Gobierno depende del resultado de las municipales, así como la fecha definitiva para la celebración de las elecciones legislativas en 1978. Sobre este último punto, el lider socialista, Francois Mitterrand, que siempre se había declarado convencido de que no se adelantarían, ayer declaró que ahora empezaba a dudar, como consecuencia de la «lucha fratricida» entre las dos variantes de la derecha que gobierna.
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