La temporada bilbaína, reducida a una semana

El único torero bilbaíno es Herrerita. El matador de toros de la afición de Bilbao es un salmantino, Niño de la Capea. Apenas hay vocaciones toreras en Vizcaya. La tierra dio en tiempos, no lejanos, buenos toreros, valientes, eficaces estoqueadores -curiosamente-, pero no en gran número. Ahora aún hay menos, quizá porque el coso principal de la provincia, que es el de Vista Alegre, en Bilbao, no ofrece demasiadas oportunidades, y la afición local, por otra parte excelente, de las mejores entre todas las de España, tampoco hace masa. ¿Que a consecuencia de qué?En esta temporada de 1976 Herrerita triunfó en un festival y ello le valió dos puestos en las corridas generales, la tarde de los buendías y la de los victorinos. En la última sustituyó a Palomo, con éxito de taquilla, podría decirse, porque la incomparecencia de este diestro no se notó en el tendido. Estuvo bien Herrerita en ambas ocasiones, pero luego no le acompañó la suerte, pues a la feria de Logroño fue lesionado de una mano, además se le infectó una inyección que le administraron para aliviarle el mal, y desaprovechó un toro magnífico.

También en Bilbao los Chopera (rama Martínez Flamarique, los grandes) mandan sin reservas. La plaza de Vista Alegre, que fue construida de nueva planta en 1962, un coso cómodo, de buen aforo, magníficas dependencias, es propiedad de la Diputación Provincial y la administra una junta en nombre del Hospital Civil y de la Casa de Misericordia, a beneficio de estas instituciones. Desde siempre, los arrendatarios de la plaza son los mencionados hermanos Chopera, sin que haya mediado subasta, ni concurso, ni nada que se le parezca. A dedo, pues. El contrato actual señala un canon de unos catorce millones de pesetas, con determinados descuentos si el taquillaje conjunto de cuantas corridas de toros se monten en el año no alcanzan los treinta millones de pesetas, o aumentos si los ingresos sobrepasan tal cantidad.

La temporada bilbaína casi se circunscribe a las corridas generales, que se celebran durante el mes de agosto, y la tradicional corrida de la Liberación, el 19 de junio, más algunas novilladas, que montan los arrendatarios -como ha ocurrido en 1976- u otra empresa, que en los años anteriores fue la llamada Cruz-González. Esta sociedad ha hecho mucho por la fiesta en Bilbao, sobre todo por la promoción de novilleros, que tanta falta hace, y en los festejos de su organización surgieron, entre otros, el Niño de la Capea y José Mari Manzanares.