Pablo VI recibirá hoy a los Reyes de España

Los Reyes de España, don Juan Carlos y doña Sofía, serán recibidos hoy por la mañana, en audiencia, por el papa Pablo VI. Se trata de la primera visita oficial del Soberano español al Vaticano, y del viaje políticamente más significativo de cara al exterior después de los efectuados el año pasado a la República Dominicana, Estados Unidos, Colombia, Francia y Venezuela.

Los Soberanos españoles llegaron en el Boeing 727 Jerez, de Iberia, que aterrizó en el aeropuerto militar romano de Ciampino ayer a las seis de la tarde. Fueron recibidos al pie del avión por el embajador español ante la Santa Sede, Angel Sanz Briz; por monseñor Giovani ,Benelli, sustituto del secretario de Estado vaticano; por el general Pesce comandante de la región aérea del Lazio, y por el general Ciliberti, comandante del aeropuerto. Acompañan a los Soberanos el ministro español de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, el general. Alfonso Armada, de la secretaría del Rey, y personal técnico de la Casa Real y del Ministerio de Asuntos Exteriores. Los Soberanos se trasladaron en seguida a la embajada de España ante la Santa Sede o el palacio de España por antonomasia, como se le conoce en Roma, donde saludaron a la colonia romana. El poeta Rafael Alberti acudió a saludar al Soberano, siendo presentado por el embajador español ante el Quirinal, Carlos Robles Piquer, como figura insigne de las letras españolas. Alberti, con unos cuarenta españoles más, residentes en Roma, ha firmado una petición de amnistía total que el poeta entregó al Soberano. Don Juan Carlos y doña Sofía han tomado una copa con los españoles que les vitorearon incesantemente y conversaron con ellos largo rato.El programa de la jornada de hoy es denso. Tras la audiencia oficial, en la biblioteca privada del Pontífice, la mañana se pasará en visitar al secretario de Estado, Jean Villot, saludar al Cuerpo Diplomático, visitar la basílica de San Pedro, concluyéndose con un almuerzo en el palacio de España en honor del cardenal Villot. Sobre los temas de la conversación con el Papa se sabe muy poca cosa.

La legalización del Partido Comunista, el terrorismo, la violencia, la evolución pacífica de la situación española son los temas que mas preocupan en los ambientes vaticanos. Por su parte la revisión del Concordato sigue su camino normal ya iniciado por los normales canales diplomáticos.

Desde el punto de vista protocolario, la audiencia de esta mañana ha sido conjunta al Rey y a la Reina, quien como privilegio reservado a soberanos de países católicos va vestida de blanco. Por un descuido del protocolo, contra la costumbre ya implantada en otras visitas de jefes de Estado, las disposiciones protocolarias han sido publicadas en francés y no en español.

Esta tarde los Reyes visitarán la basílica de Santa María Mayor, de la que el Soberano es canónigo honorario por secular privilegio. La jornada se cerrará con un intercambio de condecoraciones, con un encuentro con los periodistas itahanos y españoles por separado, y con una cena en el Quirinal, que ofrece privadamente a los Soberanos españoles el presidente de la República italiana, Giovanni Leone.

Las autoridades italianas han organizado un servicio de seguridad minucioso y perfecto. El embajador italiano en Madrid, señor Staderini, acudió al aeropuerto a saludar a los Soberanos. El Comité Italia y España, por su cuenta, integrado por todas las fuerzas democráticas del país, ha publicado un comunicado en el que, a propósito de la visita de don Juan Carlos, se reitera que «condición previa para una evolución auténticamente democrática en España es la emanación de un decreto de amnistía general de todas las víctimas del franquismo v la restauración de la plena libertad de asociación, expresión y acción para todas las fuerzas políticas y sindicales, sin excluir ninguna».

En los ambientes políticos que siguen más de cerca la situación española se interpreta la visita del Soberano al Vaticano como una operación que refuerza la Monarquía. El hecho de que la Iglesia se muestre políticamente neutral en este momento refuerza objetivamente el centro, restando espacio político a una futura democracia cristiana como partido de masas e interclasista.