Apertura política del Mercado Común al ingreso de Portugal
El Consejo de Ministros de la CEE reconoce que Portugal reúne las condiciones exigidas por el tratado de Roma para aspirar a convertirse en miembro de pleno derecho del Mercado Común, dice, en síntesis, una declaración aprobada ayer aquí por los nueve, propósito de la futura candidatura de Portugal a las Comunidades Europeas. La declaración añade, sin embargo, que antes de iniciar las negociaciones propias de la adhesión será necesario un estudio profundo de todos los aspectos que supone la ampliación de la CEE, en dirección a Portugal. Como estaba previsto, los nueve confirman su sí político, manteniendo sus reservas económicas.
Momentos antes de iniciarse el Consejo de Ministros, el embajador de Portugal ante las Comunidades Europeas se reunió con Reriaat Van Elslande, ministro belga de Asuntos Exteriores, para anticiparle que el primer ministro portugués, Mario Soares, pedirá la entrada total de su país a la CEE en el curso de la gira por las nueve capitales de la Comunidad, que iniciará el 14 de este mes, en Londres, y concluirá a mediados de marzo, en Bruselas.El debate de los nueve sobre el caso portugués ha sido largo y difícil.
Dos posturas, maximalistas y minimalistas, se han enfrentado entre sí. Por una parte, británicos, alemanes y daneses defendieron la tesis política de dar el visto bueno a los deseos de Lisboa. Jugaron intereses políticos de apoyo a la joven democracia lusitana. Franceses, italianos, belgas, holandeses, luxemburgueses e irlandeses se mostraron más cautos. Los primeros opusieron reservas de orden económico (agrícolas y de libre cambio, y circulación de trabajadores), mientras los segundos recordaron los peligros de una extensión de la Comunidad en plena crisis económica.
El compromiso final, claro en cuanto a lo político, pero ambiguo respecto de lo económico complace al conjunto de los nueve, que podrán dar una versión coherente en cada una de las etapas de Mario Soares por las capitales de la CEE.
Interrogado por EL PAIS si durante la discusión sobre Portugal se había tratado también el deseo español de adherirse a la CEE, el embajador de un país miembro de la comunidad dijo: Oficialmente la CEE quiere estudiar los casos de futuros candidatos por separado, aunque, evidentemente, la ampliación presenta muchos aspectos comunes que habrá que globalizar. España figuró en el orden del día del Consejo. El problema de la adaptación del acuerdo comercial de 1970 a la CEE vuelve otra vez al Comité de Representantes Permanentes (Coreper) y a la Comisión, organismos que preparan nuevas orientaciones concretas sobre las contrapartidas industriales que tendría que dar España para compensar la oferta agrícola de la CEE.
En el caso de España hay que precisar que Roy Jenkins, presidente de la Comisión Europea., dijo ante el Parlamento Europeo, en su discurso-programa para 1977, que la Comisión espera negociar con España la adaptación del acuerdo en el curso del primer trimestre.
La jornada de los nueve se completó con la firma de un protocolo adicional al acuerdo de libre cambio CEE-Israel. Vgal Allon, ministro israelí de Asuntos Exteriores aprovechó su estancia en la capital belga para pedir a los ministros de Asuntos Exteriores de la CEE que Israel prefiere que la Comunidad no intervenga en el diálogo europeo-árabe para presionar sobre un arreglo negociado en Oriente Próximo. Allon se entrevistó con su colega francés, Guiringaud, logrando un deshielo de las relaciones Tel-Aviv-París, congeladas desde el caso Abu Dau. Luois de Guiringaud viajará oficialmente a Israel el 30 de marzo próximo.
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