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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Música española: Rodrigo Cervelló Yepes

Por vías de un acentuado cromatismo y a través de climas sonoros de gran refinamiento, Jordi Cerveilló consigue una comunicatividad efectiva en sus Sequencies.sobre una mort. Comunicación que busca la función afectiva desde un expresivismo si contactado con diversas corrientes contemporáneas, verdaderamente personal y, en el fondo, sutilmente catalán. Estos sentimientos de raza y de cultura, cuando no aluden directamente a factores populares, son tan claramente detectables como difícilmente explicables. Es el caso de esta hermosa página, formada por «secuencias», pero integrada en un proceso continuo de tensión emocional. La obra, reflejo de una fuerte impresión ante la muerte inesperada y repentina de un ser querido, tiene algo de meditación y autobiografía. Es un pedazo de vida, una experiencia amarga, que el compositor remansa frente a los pentagramas en una necesidad de decir «algo» en el lenguaje propio del músico. La versión de García Asensio y la RTVE fue excelente y el éxito definitivo. Las Sequencies, de Cervelló, calaron hondo en el ánimo del auditorio, con todo estar programadas al comienzo de la sesión, lugar que no es el que mejor conviene a una partitura de las características apuntadas.

Teatro Real ________

(Las ciervas). Guión y diálogos de Paul Gegauff y Claude Chabrol. Fotografía, Jean Rabier. Música, Pierre Jansen. Intérpretes: Stephane Audran, Jaqueline Sassard, Jean Louis Trintignant. Francia. Drama. 1968. Local de estreno: Cine Galileo.

El otro gran «polo», la otra gran concentración de interés y conmoción, fue el Concierto segundo, de Brahms, que, en manos de Weissenberg, se evidencia hasta límites máximos. Como músico y como pianista, como domador y como prospector y desentrañador, Weissenberg es un absoluto fuera de serie. De tarde en tarde, en la experiencia diaria de la música asistimos a acontecimientos que permanecen en la memoria como «hechos aparte» capaces de sobrenadar de mares sonoros de diversa coloración y entidad. La audición de la genial .Sinfonía con piano, de Brahms ha sido el último «hecho aparte» que se nos ha dado, a cuya configuración contribuyeron el director Enrique García Asensio, los profesores de la RTVE en su conjunto y en sus intervenciones solistas, entre las que hay que destacar, de modo muy especial, la de Enrique Correa, en el canto violoncellístico del «lied», tan concretado, del tercer tiempo. El resto fue una limpia, quizás un poco aséptica, versión de Le Tombeau de Couperin, de Ravel.

He aquí otro «hecho diferencial» que caracterizará unas décadas de música española: la guitarra de Narciso Yepes. De la calidad de nuestro concertista, de su afán continuo de perfección, habla con claridad un dato: si desde el comienzo de su carrera Yepes fue excelente traductor del Concierto en re de Vivaldi (acaso con el de Rodrigo, caballo de batalla de sus giras y actuaciones), pasado un cuarto de siglo todavía podemos comprobar como Yepes pule, perfecciona, revisa la versión. De tal manera que, como tocó la página vivaldiana la otra tarde, no la había tocado nadie antes, ni siquiera el mismo Yepes. Detallar tal cual aspecto técnico se me antojaría empeño vano y hasta pretencioso: Yepes es Yepes y basta. Incluso enfrentado con una música tan mediocre como la de Mauro Giuliani -—cuyo Concierto en la mayor, vulgar, operístico y brillante•— nuestro guitarrista consigue todos los triunfos. Frúhheek colaboró excelentemente en ambas obras acertó a darnos una traducción de la Música para un jardín, de Joaquín Rodrigo, plena de matices y exacta en su comprensión. Bella música atmosférica, evocativa y mediterránea que resume, desde su refinamiento culto y popular, la «manera» del compositor valenciano. El mar, de Debussy, completó un programa ausente, por excepción de obras y autores germanos,

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