El frío norteamericano puede afectar al mercado internacional de piensos
Las condiciones climatológicas por las que atraviesa una gran zona de Estados Unidos no parece que vayan a tener efectos duraderos en la economía del país, según anunció el director del Consejo de la Reserva Federal, Arthur Burris.A pesar de estas opiniones, representantes de la Administración española están esttidiando la adopción de ciertas medidas preveritivas de cara a los efectos que puedan derivarse de la ola de frío en Norteamérica en nuestra industria ganadera.
Según un portavoz del Ministerio de Comercio, de continuar quince días más las circunstancias adversas desde el punto de vista climatológico, podría producirse un desequilibrio en el mercado internacional de piensos, ya que la totalidad del ganado de las zonas afectadas ha sido recogido y está siendo alimentado con piensos que sustituyen a los pastizales.
Uno de los peligros que esto supone se centra en la posibilidad de que el descenso de los precios de los piensos en los mercados internacionales que debería producirse esta primavera como es tradicional no se lleve a cabo por la competencia de los.piensos procedentes del hemisferio Sur ante la posible escasez norteamericana.
La reactivación norteamericana, en peligro
La recuperación norteamericana que se inició el pasado mes de diciembre se encuentra en la actualidad amenazada, antes de consolidarse, por la peor ola de frío que ha azotado al país.
Con una nueva crisis energética en puertas, aunque esta vez lo sea de gas natural, Estados Unidos ha descubierto su punto débil y su de pendencia del exterior para no ver estrangulado su crecimiento in dustrial. El presidente de la Comisión Federal de Energía, Richard L. Dunham, señaló el martes que por lo menos hasta bien entrada la primavera no quedará restablecido el normal abastecimiento de combustible a las 10.000 industrias que han tenido que cerrar sus puertas por falta de energía para poner en marcha sus máquinas.
De confirmarse estos temores basados en la falta de gas natural y en el descenso de la producción, más de dos millones de norteamericanos que se encuetran en paro por el cierre temporal de sus fábricas no podrán trabajar nuevamente hasta el verano.
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