Disensiones en el seno del Gobierno sobre el nuevo programa económico

El Gobierno tratará en su próxima reunión del martes el programa de actuación económica a corto plazo, así como el cuadro de objetivos en el que se ha venido trabajando en las últimas semanas en base a un trabajo de la Subsecretaría de Planificación, dependiente de la Presidencia del Gobierno.

No parece seguro, sin embargo, que en la reunión del martes se apruebe definitivamente el plan y los decretos que lleva anejos, ya que no existe aún acuerdo unánime entre los diferentes ministerios económicos y por la ausencia en la reunión del Gobierno del ministro de Industria, en viaje por Latinoamérica hasta el día 9. Precisamente de Industria salen algunos de los decretos más importantes de actuación inmediata.Estos decretos se refieren, básicamente, a una liberalización de los requisitos para el establecimiento de industrias y una modificación importante de los precio! de la energía. Pendientes de últimos retoques, las modificaciones que pueden establecerse se referirán sobre todo a la energía industrial. El fuel aumentaría de precio entre un 20 y un 25%. Las tarifas eléctricas sufrirían retoques en los usos industriales. La gasolina y el gas-oil pueden aumentar en torno al 7% y el gas propano y butano, de uso fundamentalmente doméstico, también pueden sufrir alteraciones no muy importantes.

A lado de estas medidas calificadas de a corto" la Comisión Delegada para Asuntos Económicos y el propio Consejo de, Ministros ha tratado en sucesivas reuniones la aprobación de un cuadro macroeconómico al que debe ajustarse la economía en 1977. Múltiples disensiones entre los diversos ministerios económicos han obligado a modificaciones en este cuadro. Una filosofía»expansionista, basada en criterios político-electorales, se ha enfrentado a otra situación económica y pone el énfasis en una evolución más moderada que insista en la moderación. de la inflación y en la creación de empleo, que no necesariamente va vinculada a un programa expansionista intensivo en capital. A pesar de estas disensiones de las que no cabe nnguna duda por su evidencia para cualquier persona que frecuente los pasillos de los mnisterios, parece que definitivamente triunfa la tesis de planear un crecimiento del orden del 3,5%, con una previsión de aumento de los precios al consumo del orden del 17 al 18%. La inversión del sector público sería importante con crecimiento superior al 5% y con un apoyo importante en la financiación exterior. Las importaciones se mantendrían con un crecimiento en términos reales bajo del orden del 2 ó 3%, y las exportaciones del orden del 7 u 8%.

Posiblemente, la crítica más fuerte realizada contra el plan económico y el consiguiente cuadro macroeconómico que se está preparando reside, sin duda, en vertiente y finalidad netamente política que persigue. En efecto según ha constatado EL PAÍS de diversos ministerios económicos, existe una clara intención reactivadora, con lo que esto supone de inversión pública y de gasto social -el paro en primer lugar, de cara a las elecciones.