Mondale visita hoy Berlín

Uno de los aspectos más significativos del viaje del vicepresidente de los Estados Unidos, Walter Mondale, a Alemania Federal, lo constituirá, probablemente, la visita que hoy efectuará a Berlín occidental, centro estos días de nuevas tensiones entre las dos Alemanias. Por lo demás, la entrevista que Mondale mantuvo ayer con el canciller Helmut Schmidt estuvo presidida, por un lado, por la rapidez que el vicepresidente norteamericano trata de imprimir a su gira europea y, por el otro, por la preocupación del Gobierno de Bonn respecto de la situación económica de la CEE y de los Estados Unidos, puesta de manifiesto por las críticas dirigidas por Schmidt, en una entrevista con el "New York Times", a ciertos pasajes del discurso de Carter.

El vicepresidente norteamericano se ha entrevistado con el canciller federal Schmidt en privado. Al final, el jefe del Gobierno alemán ha rehusado toda declaración hasta la celebración de una conferencia de prensa. A continuación, el vicepresidente convino en ampliar la reunión en la que tomaron parte más adelante cuatro ministros de Bonn.El señor Mondale se dedicó por la mañana a informarse sobre la actualidad alemana. Según los medios oficiales de prensa, el vicepresidente recibió al embajador de los Estados Unidos en Bonn, Walter Stoessel, en su hotel para hacerse informar en detalle sobre las actuales concepciones políticas y económicas del gobierno federal. El hecho de que Mondale fuese recibido en el aeropuerto de Colonia por el ministro de Asuntos Exteriores, Genscher, y que haya tenido que Permanecer medio día en su hotel sin establecer contacto inmediato con el canciller, se ha interpretado como un signo de que Helmut Schmidt trata de imponer un ralentí al impetuoso periplo del vicepresidente, que apenas dedicará horas a conversar con los jefes de los gobiernos aliados en Europa y con los políticos japoneses.

Por su parte, el portavoz del Gobierno, Boelling, ha declarado que el canciller no ha tratado de minusvalorar a los consejeros económicos del presidente Carter al decir que éste debería prepararse mejor para la cumbre de países industrializados, recomendación que Schmidt dirigió a todos los participantes, según el portavoz, y que Washington debería reconsiderarla reducción del capital móvil del Banco Mundial. El portavoz ha tratado de suavizar también las críticas de Schmidt a determinados pasajes del discurso de toma de posesión de Carter, críticas que, según Boelling, respondían a que no fue informado oportunamente de la orientación de la futura política económica norteamericana.

El temario del diálogo de Mondale con Schmidt ha sido amplio y difuso: perspectivas en materia de energía, diálogo Norte-Sur, distensión Este-Oeste. La asepsia del comunicado oficial que especifica los asuntos no impide que en Bonn se crea que el canciller de la RFA y el vicepresidente de los USA hayan hablado sobre todo del papel de Alemania Federal como fermento de la CEE y de los problemas fronterizos derivados de la competencia germano-americana en la formación de una Europa unida, aparte de los derivados de la división alemana.

En cuanto a la visita del vicepresidente a Berlín, hoy, miércoles, con una duración de dos horas, los medios de prensa alemanes consideran que es el momento más importante de su viaje a Alemania, a pesar de su brevedad. Los diarios berlineses subrayan el significado del saludo de Mondale al llegar a Colonia y dirigirse al gran pueblo alemán, recalcando la perentoriedad del compromiso contraído por Norteamérica respecto de la seguridad y libertad de Berlín oeste.

En relación con la misma visita de Mondale, se observa que el Partido Liberal es la formación política federal que refleja un mayor interés en estrechar vínculos con la Administración americana. El jefe del partido, el ministro Genscher, ha dicho que pondrá en juego todas sus fuerzas para reformar las relaciones germano-americanas bajo el nuevo presidente, mediante la confianza mutua a nivel de colaboración entre los dos países. Esta declaración se produce en el contexto de un conflicto entre Genscher y Brandt, jefe socialdemócrata, en torno al sobrepeso de la fracción liberal no sólo en el Parlamento, a pesar de su menor número de diputados, sino también en el Gobierno, donde los liberales cuentan únicamente con cuatro ministros.