La enseñanza general básica
Para aprender a tocar jazz vamos a tener que emigrar; como en tantos otros terrenos, son ellos los que inventan. Los que quieran aprender a tocar la música del siglo XX van a tener que hacer las maletas y pasarse una temporada en París, lo que bien visto no es una mala idea, entre otras muchas cosas, porque está bastante más cerca y es considerablemente más barato que inscribirse en la Berklee School of Music, que está en Boston, o en los cursos de jazz del Conservatorio Bela Bartok, que está en Budapest.
En París se acaba de abrir una escuela de jazz que nace para cubrir ese gran vacío que se presenta al músico joven que se ve incapaz de encontrar un lugar donde poder aprender a tocar. Basados en el aumento de la venta de discos de jazz (que en algunos países ha alcanzado casi un 40 % sobre las ventas de años anteriores), una serie de grandes jazzmen franceses se ha lanzado al ruedo y se han decidido a crear esta academia jazzista.
Su director es el trompeta Roger Guerin y como profesores cuenta con el pianista Martial Solal, el saxofonista Eddie Daniels, el trornbonista Benny Vasseur, el guitarrista Pierre Cullaz y el batería Kenny Clarke. El precio de las clases es de cuatrocientos francos al trimestre, para matricularse o pedir informes, se puede escribir al Centre d'Information Musical; 7, rue Brèzim, 75014, Paris, o telefonear 331-540-90-34. Esta escuela puede contribuir a dar la base definitiva a tantos músicos jóvenes que quieren y pueden, pero no saben dónde aprender esas nociones necesarias para tocar jazz.
Los maestros del jazz
No me estoy refiriendo, con este título, a una recopilación de todos los músicos que, a lo largo de su historia, se han hecho acreedores a este calificativo, ni, por supuesto, al libro que con el mismo título (Les Maitres du jazz) publicara Lucien Malson en 1952. Me refiero a la serie de discos que con este nombre genérico acaba de publicar en el mercado español la EMI-Odeón y que espero constituya el principio de una colección mucho más amplia, pues las bodegas de las que se ha surtido la Capitol americana dan para estoy para bastante más.
El principio del lanzamiento lo constituyen esos hermosos LPs, con unas portadas dignas de encomio, dedicados al saxofonista Cannonball Aderley (J 054-81997), al pianista inglés George Schearing (J 054-81998), al genio del piano Art Tatum (J 054-81999), al padre del saxo tenor Coleman Hawkins {J 054-82000), al director de una «bigband» de larga tradición Stan Kenton (J 054-82001) y al extraordinario Duke Ellington (J 054-82002). Todos ellos son nombres que prestigian por sí mismos cualquier colección que se precie, pero si además tenemos el hecho de que la grabación de Cannonball Adderley es una de las mejores de su discografía (publicada originalmente con el título de Mercy, mercy), de que la de George Shearing, grabada en directo, es realmente sabrosa y consistente, de que aún no conozco un solo tema en que Art Tatum toque mal, de que Coleman Hawkins pasaba por un momento realmente brillante, al frente de pequeñas formaciones con todo el sabor al jazz clásico, de que Stan Kenton está muy mal representado en la discografía española y de que Duke Ellington siempre crea «obras maestras», comprenderemos que Masters of jazz es una de las más interesantes colecciones que se hayan editado en nuestro país.
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