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Reportaje:

1977, centenario del sonido grabado

Grandes conmemoraciones en todo el mundo

De entre las conmemoraciones que el mundo de la cultura y de la civilización llevará a cabo en este año de 1977 va a haber una que destacará brillantemente por la extraordinaria repersión del acontecimiento a recordar. Me refiero concretamente, al Centenario de la invención del fonógrafo. A finales del pasado siglo, la omnipotente Academia de París, que otorgaba patentes y derechos de invención con una mezcla de rigor y chauvinismo que no pocos han dejado de subrayar, aceptó las comunicaciones del norteamericano Thomas Alva Edison y el francés Charles Cross, quienes por distintos caminos y de forma paralela, proporcionaban a la humanidad la oportunidad de conservar y luego poder reproducir la gama de los sonidos audibles. Revolucionario invento que iba a convertir la música en un auténtico patrimonio social y al lograrlo la enriquecería, facilitando el camino hacia una total unidad de la expresión artística, conseguída por el encadenamiento de sonidos en un tiempo.Hasta el descubrimiento de Edison y Cross la músicá se encontraba fragmentada absolutamente, en muy diversos estilos, encerrados en normas ya atacadas, pero aún no destruidas. Los aspectos cualitativos de la música habían venido siguiendo una especie de escala que nacía en la música sacra, para llegar a las manifestaciones más populares, comenzadas a estimar en ese siglo, pero absolutamente desprecidadas con anterioridad. El fonógrafo, el disco, la cinta, iban a servir para hacer tabla rasa de cualificaciones que no estuvieran basadas en estrictos valores universales. Estos sistemas equiparaban las muestras artísticas dejando a la abstracta apreciación espiritual las diferencias de un cuerpo material,

el disco, similar para todos.

Difundir cultura

En otro sentido, la comercialización e industrialización del inven to cumplía con similares derivaciones a las de la imprenta: la difusión de la cultura hasta todos los rincones del mundo donde un hombre pudiera descifrarla. Si cabe, el fonógrafo avanzaba sobre la imprenta en el sentido de que el libro hay que descifrarlo primero, a través de un lenguaje escrito, mientras que la obra de arte musical produce un impacto estético de forma directa y hasta a los analfabetos. La llamada música culta, encerrada en palacios de mecenas llenaba et oído de pocos afortunados. La música popular era cultivada en núcleos muy diferentes y celebraciones concretas. El fonógrafo y el disco iban a poner a disposición de las mayorías el refinado trabajo de músicos extraordinarios que habían dejado su impronta en siglos pasados-, construyendo maravillosas obras de la creación humana. Por otro lado, esas minorías de cultura efitista tendrían la oportunidad de recibir una oleada de aire fresco e inspiración, proveniente de los anónimos creadores populares cuya intuición, y la depuración de la tradición popular también habían creado testimonios válidos musicales que movían a grupos y comunidades humanas.La conmemoración de este Centenario del fonógrafo va a ser brillantísima, porque el hecho lo merece, y también porque los hombres de la música y de la industria del disco de todo el mundo van poner en el empeño su extraordinaria potencia (que es extraordinaria verdaderamente). En los años setenta, la música grabada en disco y cintas se ha convertido en constante competidora del cine y la televisión, relevándose contínuadamente en el primer puesto del favor del público, y, por supuesto, del volumen económico de los negocios del entretenimiento. En la celebración, por supuesto, se han olvidado los aspectos mercantiles para colocar el énfasis en las vertientes culturales y populares.

A lo largo de todo un año, desde abril de 1977, hasta marzo del 79, la música grabada cobrará una mayor importancia, y ocupará un absoluto primer.plano de las actividades humanas en el alío. Las autoridades de todos los paíse5 así ha n comenzado a entendér, y los primeros pzItronatos organizativos de las celebraciones están presidil dos por las más altas autoridades. En España: SS MM, los Reyes y el ministro de Información y Turismo, en Francia, Giscard d'Estaing: en Estados Unidos, el presidente Carter, etc...

Los actos oficiales darán comienzo en París el día 18 de abril, con sendas sesiones en la sede de la UNESCO y de la Academia de Ciencias. Posteriormente, reuniones de la Federación Internacional de Productores de Fonogramag, grandes conciertos de gala, retransmisiones radiofónicas y televisivas, conciertos para jóvenes, recitales pop, concursos musicales internacionales. Incluso el Festival de Eurovisión de este año tendrá un especial énfasis en torno a la celebración. No es exageración hablar de miles de actos y de centenares de millones de asistentes, porque precisamente el fonógrafo, el disco y la cinta no han parado de acentuar su misión difusora.

Estas extraordinarias iniciativas servirán. sin duda, para mejorar de alguna forma nuestra música y hacer más agradable la misión crítica.

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