Los «valientes» guerrilleros
Vecino de la calle del Barquillo, donde hace poco más de dos meses Í'ue asesinado el joven Carlos González, he sido yo mismo esta vez víctima de la agresión, por fortuna más leve, de tres guerrilleros de Cristo Rey, según ellos mismos se reclamaban.
El hecho transcurrió a primeras horas de la noche del pasado día 29, cuando acompañaba a una amiga a su casa. Tres individuos se cruzaron con nosotros en la calle del Barquillo, a la altura de Gravina: al acabar de cantar el Cara al Sol y pronunciar los gritos de «Franco y José Antonio, ¡presentes!», se acercaron hacia mí con una porra en la mano, rodeándome e «invitándome» a gritar ¡Arriba España!», mientras me acusaban de comunista y me increpaban.
No debieron quedar satisfechos con mis gritos brazo en alto, que acepté pronunciar sin ninguna resistencia, porque ni antes ni después cesaron de golpearme. Algunas señales en mi espalda y otras partes del cuerpo dan fe de la «heroica gesta de estos valerosos defensores de la patria». Por suerte, mi amiga pudo, en un descuido, detener un taxi que pasó por el lugar y que no dudamos un momento en tomarlo.
No he presentado denuncio en la comisaría. Pienso que la existencia de movimientos de estas bandas de delincuentes es de sobra conocida, y considero que más que una acción policial es la creación de una conciencia colectiva que posibilite v fomente una respuesta ciudadana, la única forma eficaz de traer la paz a nuestras calles.
