La democracia
Me tiro de la cama como un curado de Lourdes, dispuesto a vivir mi primera jornada democrática, la primera de mi vida, pues algunos periódicos optimistas y precipitados, así como los señores que tienen prisa por cambiarlo todo para que todo siga igual, dicen que con la victoria en el referéndum ha empezado la democracia. Iba yo a comprar el pan y me encontré al escritor José Bergamín:
-Que me han secuestrado un libro y todo yo me considero secuestrado y secuestrable.
Bueno, Bergamín es un rojazo, me digo. Católico, pero rojazo. Esto del secuestro no empece para que seamos demócratas, (empece es palabra que seguramente hubiera usado Bergamin) luego le pido al quiosquero la nueva revista Privé.
-La han secuestrado, don Francisco- me dice el quiosquero.
Jolines. Pero no estoy dispuesto a que nadie me nuble el sol de la primera jornada democrática de mi vida. Hoy estreno democracia y es como cuando estrené el primer jersey que no era de Auxilio Social, ya talludito. El jersey resultó malo y de borra. A ver si con la democracia del referéndum me va a pasar lo mismo. Todo referéndum es un jersey de Auxilió Social.
Tal como yo había anunciado aquí hace tiempo, a Miguel Mihura le han elegido académico por iniciativa de Laín, Halcón y Calvo Sotelo. ¿Ven ustedes cómo la democracia marcha? Al menos en la academia. Me llama una excarcelada política para que firmemos un papel en favor de la aministía total. Vemos el periódico juntos y resulta que Suárez está fraguando un proyecto de amnistía prácticamente total. O sea que me voy lleno de moral democrática a la presentación del nuevo libro de Yale, que es un valiente libro-denuncia sobre la prostitución y sus historias. Pero Yale y Amilibia me lloran:
-Tenemos secuestrado hace dos años nuestro libro El día que perdí aquello. Llevamos dos años en libertad provisional.
Ya me han vuelto a estropear mi día democrático, mi jersey nuevo. Pero en la presentación actúa Susana Estrada y nos hace un strip-tease con todo el organismo fuera. Me lo dijo Ramón en Pombo, mientras cazábamos greguerías en el aire como si fueran moscas:
-La mujer es un triángulo hirsuto.
Bueno Pues Susana nos da una democrática sesión de triángulo hirsuto. Desde hace cuarenta años de paz (los que tengo de vida, si a esto se le puede llamar vida) que yo no veía a una señorita tan de por dentro. Su cuerpo desnudo ha sido la única bandera democrática que se ha desplegado en esta primera jornada post-referéndum. Queda inaugurada la democracia y queda inaugurada Susana Estrada.
-¿Y los secuestros, y las prohibiciones y las cosas?- me increpa el parado.
-Bah. Eso es fascismo residual- le digo.
Tengo mis dudas, pero no estoy dispuesto a que me estropeen la que, segun algunos editorialistas es la primera jornada democrática de mi vida. Y yo creo mucho en esos editorialistas porque tienen carnet de prensa, cosa que yo no tengo, como conté el otro día. O sea, que no se puede equivocar.
Mañana lo pensará más despacio, pero hoy quiero que la democracia me llegue hasta la mesilla de noche. En las Cortes han vuelto a discutir el sexo político de Carrillo, como en Trento el sexo de los ángeles. Carrillo ha muerto en un accidente de tráfico camino de Portugal, pero luego resulta que no. Ya les dije yo a ustedes que nada en plan ectoplasma, entrando y saliendo, muriendo y resucitando, apareciéndose en las cocinas de los pisos desalquilados. Es como el exorcista o el cura de La profecía, pero no consigue echarnos del cuerpo los demonios del fascismo residual.
En el primer día de democracia vigilada, que dice el sutil Haro Tecglen, se presentan libros que se llaman Carta abierta a Henry Miller, y Amor de carne y hueso. Puro desmadre democrático, querido Eduardo. Pepoe Mayá entrega doce Stops de oro y plata, con diploma, a las doce jais más sexys de las instancias unitarias, empezando por Nadiuska..Voy a cambiar el título a esta sección y llamarla Diario de un demócrata vigilado. Me acuesto temprano con doble dosis de valium, antes de que el fascismo residual me malogre mi primera jornada democrática. Seguro que mañana me despierto otra vez en la España eterna martillo de herejes. Pero que me quiten lo bailado.
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