Carter nombra ministros del Tesoro y de Transportes

El presidente electo, Jimmy Carter, anunció anoche, en una conferencia de prensa celebrada en Atlanta, Georgia, los nombres de dos nuevos miembros de su Gabinete: Michael Blumenthal, que será secretario del Tesoro y Brock Adams, que ocupará la cartera de Transportes en la nueva Administración demócrata.Michael Blumenthal, de cincuenta años, es actualmente el presidente y director ejecutivo de la Bendix Corporation, una de las cinco mayores corporaciones industriales norteamericanas. A Blumenthal se le ha definido como un liberal moderado y un empresario preocupado por el tema social, que está a la izquierda de la mayor parte de los hombres de negocios.

Nació en Alemania, Blumenthal llegó a Estados Unidos cuando tenía veintiún años y se hizo ciudadano estadounidense cinco años después. Cuenta con una gran experiencia en el campo del comercio internacional y trabajó con las Administraciones Kennedy y Johnson. Entre 1963 y 1967, Blumenthal fue el negociador de las conversaciones comerciales de Ginebra, conocidas como ronda Kennedy, para lo que se le concedió el rango de embajador.

En el mundo de los negocios, el nombramiento de Blumenthal produjo gran tranquilidad. De un lado, porque es un empresario más, con grandes éxitos en sus gestiones al frente de empresas privadas y de otro, porque no tiene fama de ser un gran gastador.

Brock Adams, 49 años, es representante demócrata por el estado de Washington, y un gran experto en materia de transportes, como demostró al frente del subcomité de Transporte de la Cámara de Representantes.

El próximo jueves está previsto que Carter anuncie a la prensa otros dos nombramientos que, se asegura, serán el del nuevo secretario de Defensa, Harold Brown, y el de Comercio, que parece ser recaerá en una mujer, Jane Cahill Pfeiffer.

Preguntado sobre sus planes en el presupuesto militar, Carter dijo que aún era muy pronto para saber a cuánto ascenderá el gasto militar de su Gobierno, peto anunció que si las conversaciones de limitación de armas nucleares (SALT II) fracasaban, se iniciaría una escalada en la inversión para construir armas estratégicas.