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Reportaje:

El Museo del Pueblo Español no tiene destino

Creado en 1934, sus fondos están almacenados en el, Hospital de San Carlos

El Museo del Pueblo Español de Madrid, cuya finalidad tanto docente como cultural fue en sus comienzos recoger todo el material posible relativo al folklore y etnografía españoles, se creó hace ya 42 años. Su inauguración, prevista para 1936, se prolongó durante años. En 1971 se consiguió abrir, pero apenas dos años después quedó cerrado y sus fondos han quedado depositados sin ninguna esperanza concreta en el sótano de la antigua facultad de Medicina. José Luis González Arpide, Eulalia Castellote y Pablo González-Pola han investigado el tema.

A comienzos de siglo, un grupo de intelectuales interesados en la conservación de nuestras tradiciones folklóricas y ante la pérdida inminente de éstas, a consecuencia de los profundos cambios sociales que se estaban produciendo en España, decidieron reunir una colección de las piezas más vistosas y representativas del traje regional español.Sus inquietudes se plasmaron en la Exposición del Traje Regional celebrada en Madrid, en el Palacio de Bibliotecas y Museos, en 1925. La Junta organizadora, cuya dirección se puso en manos del presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, cargo que en aquel momento desempeñaba el conde de Romanones y que aglutinó a una serie de comités provinciales encargados de la recogida y documentación de prendas cuyo uso fuera habitual antes de la mitad del siglo XIX.

La Exposición del Traje fue una llamada de atención que motivó sucesivas recogidas y datos en distintas zonas de España, por diferentes grupos, tal como el Seminario de Etnografía, Artes y Labores de la Escuela Superior del Magisterio, en la que trabajaban, entre otros, Luis de Hoyos, Angel Vegue Goldini y Telesforo de Aranzadi.

Interesada la opinión pública en estos temas, y gracias al trabajo incansable de estos etnógrafos, surgió el ambiente propicio que culminó en la creación del Museo del Pueblo Español (Madrid), a cuyos fondos revertía la exposición del traje regional junto con los del llamado Museo del Encaje, los objetos de indumentaria, telas ' y bordados del Museo Pedagógico Nacional, los del Seminario de Etnografía y Artes populares de la suprimida Escuela Superior del Magisterio y los que procedentes del. Real Patrimonio y entidades oficiales tuvieran su adecuación en las colecciones del museo.

El saber y sentir popular

La creación del museo tuvo lugar por decreto de 28 de julio de 1934, firmado por el ministro de Instrucción Pública, F. Villalobos: «Un museo y archivo en el cual se salve lo que hoy subsiste de los productos del hacer con el saber y el sentir del pueblo, en sus manifestaciones de la etnografía, el folklore y las artes populares ( ... ), especial valor para. investigadores y eruditos, ha de tener un verdadero archivo folklórico en donde se recojan, analicen depuren y clasifiquen las fichas de las tradiciones, supersticiones, leyendas, cantares y manifestaciones literarias y musicales del verdadero saber y sentir popular ( ... ) y especialísima atención ha de prestar el museo a la investigación de las artes populares, plásticas y rítmicas.»Por este decreto se nombraba director a Luis dé Hoyos Sainz y Angel Vegue Goldoni desempeñaba el cargo de vicedirector. El museo se dividió en tres secciones: artes populares. etnografía y folklore repartidas en veintiuna ' salas que ocupaban el palacio de Godoy, sito en la plaza de la Marina Española.

El museo estaba totalmente terminado en el verano de 1936, esperando su inauguración en el mes de octubre. pero los acontecimientos históricos interrumpieron su apertura durante 35 años. Las salas se mantuvieron como estaban, a la espera de una solución. El palacio de Godoy pasó a ser de un museo en proyecto a un almacén, cuyas condiciones dejaban bastante que desear debido a los bombardeos que sufrió por encontrarse en zona de fuego.

A partir de este momento, nada cambia en la vida del museo, salvo los directores: Luis de Hoyos, José Pérez de Barradas y Julio Caro Baroja se sucedieron en la lucha con la Administración ante la negativa de apertura, por causas incomprensibles que retrasaban una y otra vez la solución concreta y eficaz a los problemas.

Apertura y cierre

Alrededor del año setenta, parecía entreverse el final a tantas vicisitudes, la Dirección General de Bellas Artes, en su nueva política de museos, se interesó por el del Pueblo Español, que seguía montado en el palacio de Godoy, a la espera de acontecimientos. Finalmente las gestiones realizadas culminaron en la inauguración, que tuvo lugar en octubre de 1971 habían pasado 35 años.La riqueza de los fondos en él expuestas evidenciaban la importancia de la etnografía peninsular y era una llamada a la conciencia de los españoles que habían permanecido pasivos ante su cierre. Pero, ,desgraciadamente, el museo había perdido su dinamismo, después de tantos años de abandono; los grupos de investigación habían desaparecido y de los grandes proyectos del decreto fundacional quedaba muy poco.

Desde 1936 había sufrido un letargo del que empezaba a despertar cuando fue nuevamente cerrado. En agosto de 1973, sin orden escrita y aprovechando la, despreocupación de las vacaciones, se pro» cedió al desmantelamiento y traslado de sus fondos, por personal ajeno al centro. La rapidez que acompañó a estos acontecimientos motivó una serie de pérdidas irreparables.

La causa que motivó este apremio fue la ampliación del Consejo Nacional del Movimiento, pero los métodos empleados y la urgencia extrema con que fueron llevados a cabo no tiene justificación posible, como tampoco puede tenerla el que los fondos maltrechos se hacinaron en los sótanos del teatro Real; llenos de humedad y en total desorden permanecieron hasta su traslado. al hospital de San Carlos, donde pensaba hacerse el definitivo Museo del Pueblo Español, pero las esperanzas volvieron a desaparecer ante la presencia de sucesivos organismos oficiales que iban ocupando partes del edificio llegando de nuevo a convertirse en un simple almacén, donde yace lo que pudo haber sido el Museo del Pueblo Español.

Ésta es la situación actual. A pesar de que los trajes se, han expuesto varias veces en la Feria del Campo, la opinión pública no toma conciencia de la importancia de nuestra riqueza folklórica y permanece pasiva ante la situación. Hasta el presente, sólo hay una alternativa: la ubicación del museo en el pabellón de los Hexágonos de la Feria del Campo, lugar totalmente inadecuado por carecer de las condiciones indispensables para cualquier museo. Así, en espera de acontecimientos, yace olvidado el patrimonio de nuestro pueblo.

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