La ayuda del FMI puede acentuar las divisiones laboristas
La ayuda que el Fondo Monetario Internacional le puede prestar a la economía británica puede salvar a la libra de su crisis actual pero puede acentuar las divisiones existentes en el seno del laborismo. Por eso el Gabinete de Callaghan estudia con cuidado su respuesta a las condiciones señaladas por el FMI para conceder un crédito de 4.000 millones de dólares.
Después de las de las declaraciones del canciller alemán Schmidt sobre su apoyo a Gran Bretaña y tras el triunfo de Callaghan sobre los que querían devaluar la «libra verde», con la que el Reino Unido compra sus productos agrícolas, Londres cree que está en condiciones de enfrentarse también a lo que intente exigir el Fondo Monetario Internacional.En una reunión que realizó ayer el Gobierno laborista, el ministro de Hacienda, Denis Healey, aseguró de nuevo a sus colegas que el FMI no pretende una deflación radical con una reducción masiva del gasto público. En todo caso, ha dicho el ministro, la decisión final sobre lo que deba hacerse para contentar al FMI la tenemos que tomar nosotros. Es posible que esa decisión se conozca hoy mismo.
En los últimos días se había señalado que el enfrentamiento entre miembros del Gabinete, partidarios de seguir la línea sugerida por el FMI acerca de la reducción del gasto y los que se oponen firmemente a cualquier recorte drástico había puesto en peligro la unidad del Gabinete. Según informaciones publicadas en Londres, el propio Callaghan advirtió a sus colegas europeos reunidos en La Haya de las consecuencias políticas que podía tener sobre el Gobierno de Londres una presión excesiva del Fondo Monetario Internacional.
Sin embargo, Healey, de cuya dimisión inmediata ya se habla, ha desmentido que exista un ambiente de aquellas características en el Gabinete, que hoy seguirá discutiendo las fórmulas a seguir par devolver la confianza exterior en la economía de Gran Bretaña. Esa fórmulas podrían incluirse en un minipresupuesto, que el Gobierno británico podría hacer público antes de la Navidad.
Crítica de la izquierda
De este modo, parece que las diferencias de opinión entre unas facciones y otras van a seguir expresándose fuera de la esfera oficial. La izquierda laborista, que tiene gran poder parlamentario en este momento, cuando la Administración cuenta con una mayoría de un solo voto, insiste en que el nivel de deflación que sugiere el FMI puede llevar a Gran Bretaña a las condiciones en que se vivió en este país en los años treinta.La afirmación ha coincidido con la publicación en Londres de las estadísticas sobre pobreza, realizadas por una organización independiente. Según estas cifras ahora hay en el Reino Unido quince millones de ciudadanos que han pasado las líneas de lo que el propio Gobierno define como «situación de pobreza». En las Navidades del año pasado había diez millones de personas en esa situación. Las cifras de 1931, provocadas por el dessmpleo, coincidían con las señaladas ahora.
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