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Fuerte presión sindical sobre el Gobierno italiano

Durante cuatro horas, siete millones de trabajadores de la industria italiana pararon ayer para discutir sobré el empleo y las inversiones y también -según señalaron- para que la política de austeridad gubernamental no pese exclusivamente sobre el sector asalariado. La gremial sindical unitaria de comunistas, socialistas, democristianos y demás fuerzas políticas organizó cortejos, mítines y asambleas, y llamó a la clase obrera a un alto grado de combatividad.

La gremial solicitó hace diez días un encuentro «urgente» con el Gobierno para tratar de la crisis y la situación del sector público, para el que reclama nuevos empleos. Antes de la huelga de ayer, el líder comunista de la Confederación General del Trabajo (CGIL), y su segundo, el socialista Piero Boni, acusaron al Gobierno de no querer asumir sus responsabilidades.El Gobierno, sin embargo, que no parece tener mucha prisa, les ha dado cita para el próximo día 4. Andreotti, en su discurso ante el Parlamento, el 10 de noviembre pasado, dio un plazo de un mes a patronos y obreros para ponerse de acuerdo sobre el problema del coste del trabajo y la adecuación del salario al coste de la vida.

Tras dos reuniones explorativas o «interlocutorias», realizadas el 17 y el 26 de noviembre, patronos y sindicatos volverán a reunirse mañana, sin que por ahora se vean perspectivas de un acuerdo definitivo.

El país, sin periódicos

A la huelga de ayer de los trabajadores de los ramos del metal, textil, químico, alimenticio, y construcción, se unieron el día anterior los del papel y gráficas. Ayer, pues, no hubo periódicos. Los trabajadores de la electricidad pararon solamente dos horas, salvo los de turno, para no dejar el país a oscuras. También pararon los médicos de hospitales y especialistas, a fin de que se ponga en marcha cuanto antes la reforma sanitaria y se revisen las convenciones con una antigüedad mayor de dos años.Para el 13 de diciembre próximo está anunciada una huelga general de los agricultores, mientras que el sector servicios (comercio, turismo, artesanía) amenaza con parar los días anteriores a Navidad, cuando más falta hace. Con una tienda por cada sesenta habitantes (800.000 puntos de venta) se hace necesaria una reorganización: los sindicatos comunistas no quisieran alterar el esquema actual, mientras que socialistas y democristianos son partidarios, para contener los precios, de una redistrubución comercial.

Mientras tanto esta semana visita Italia una delegación de la Comunidad Económica Europea para estudiar de cerca la situación económica con vistas al empréstito comunitario de quinientos millones de dólares, que sustituirá a la suma que Italia no ha podido restituir a Gran Bretaña.

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