Ha muerto Rosalind Russell, una dama del cine

Rosalind Russell, sesenta y tres años y una larga batalla contra la enfermedad cancerosa que arrastraba, ha muerto en Beverly Hills, el barrio residencial de muchos actores y actrices norteamericanos en Los Angeles.Había iniciado su carrera en el Broadway neoyorquino haciendo teatro, pero pronto los cazatalentos de la Metro Goldwyn Mayer consiguieron que firmase como actriz de cine para la poderosa sociedad, entonces en el ápice de su gloria cinematográfica. Con la Metro hizo su primera película -La tela de araña, 1934- y, en seguida, Mares de China, de Tay Garnett, un notable realizador que murió sin haber dado toda la medida de su talento, en la que ya daba la réplica a un galán de todos los tiempos, Clark Gable.

Elegancia natural

Luego vendrían otros triunfos -Al caer la noche y La ciudadela, de King Vidor-, liberada temporalmente de los condicionamientos de la Metro, la más conservadora de las cinco grandes empresas yanquis de cine, la Russell se afianza en papeles donde destaca, junto a un temperamento que va más allá de la pantalla, una elegancia natural que sería su característica más señalada, como se comprobaría en Mujeres, de Cukor, y a continuación en Luna Nueva -versión de Primera Plana (Front page story)- acompañando y aun superando, con una espléndida interpretación, a Gary Grant.Sin embargo, vuelve a su primera ocupación, el teatro, que ya no abandonaría aunque lo simultanease con los estudios. Así consigue una de las más memorables interpretaciones de la historia del cine, la maestra solitaria, solterona, de Picnic y, un poco después, su increíble Mame -que llevaba mucho tiempo interpretando en las tablas- en Tia y Mamá. Una de sus últimas interpretaciones fue, sorprendentemente, la madre superiora de un convento en un filme de Ida Lupino.