Desaparece el peligro de "guerra del bacalao"

Los pescadores británicos no podrán faenar a partir del 1 de diciembre en las aguas jurisdiccionales islandesas. Esta vez no habrá guerra del bacalao. Los pesqueros se retirarán automáticamente de las doscientas millas exclusivas de Islandia.

El ministro británico de Asuntos Exteriores, Anthony Crosland, ha dicho que lamenta el perjuicio que se les causa a los pescadores. La decisión se tiene que tomar porque en aquella fecha expira el acuerdo interino alcanzado por Gran Bretaña e Islandia el pasado verano para acabar con las escaramuzas que recibieron el nombre de guerra del bacalao y obligaron a la ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos países.La Comunidad Económica Europea (CEE) se había comprometido a negociar con Islandia para conseguir que se extendiera el período durante el que los trabajadores ingleses pudieran seguir usando las aguas que Islandia reclama como exclusivamente suyas.

La CEE no ha tenido éxito en su contacto con los islandeses y durante todo el mes de diciembre los pescadores británicos tendrán que mantenerse lejos de lo que para ellos ha sido una fuente excepcional de pesca. Es posible que la situación cambie a partir del 1 de enero de 1977.

Lo que exige Islandia para volver a considerar si permite o no que flotas extranjeras se surtan de su banco pesquero es que la Comunidad Económica Europea le garantice que sus representados no van a pescar por encima de las cuotas que se acuerden.

La ausencia de los pesqueros ingleses de las doscientas millas marinas islandesas durante el mes de diciembre supondrá una pérdida considerable para la industria británica, pero el sacrificio, ha dicho Crosland, es necesario, puesto que sin él sería inevitable una confrontación similar a la que concluyó con la ruptura de relaciones entre Islandia y Gran Bretaña y, además, se pondría en peligro cualquier fórmula de entendimiento a la que se espera llegar durante este mes de negociaciones.