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Reportaje:

Granada: el Colegio de Arquitectos, contra el abandono de los barrios periféricos

Con el cartel-encuesta, el primero de este tipo que se publica en Granada, el Colegio de Arquitectos ha pretendido que la voluntad popular se manifieste, también por primera vez, sobre temas trascendentales que conciernen directamente a la gestión administrativa de su ciudad. Se ha hecho en principio una tirada del cartel de mil ejemplares, que se están repartiendo tanto por el centro y los barrios granadinos, a través de asociaciones de vecinos y otros organismos, como por diferentes centros universitarios. La iniciativa, por su puesto, ha sido bien acogida en los medios populares, y en este sentido se están ya recibiendo numerosas respuestas, mientras que no se ha producido de momento, públicamente al menos, reacción alguna en los medios oficiales de la Administración local.

Ya durante el pasado verano, ya propósito del comienzo de las obras de reforma de Bib-Rambla, el Colegio de Arquitectos denunció públicamente la discriminación que sufren los barrios periféricos en la política administrativa municipal: «Mientras hayan —decían los arquitectos granadinos—barriadas enteras que carezcan de los más mínimos servicios urbanísticos, todos debemos tomar conciencia de la injusticia que supone actuar con estas obras.» La reacción popular tampoco se hizo esperar entonces y fueron muchos los cientos de firmas que respaldaron los escritos de protesta de las asociaciones de vecinos de esos barrios marginados. Y es que, en los tres citados proyectos municipales están en juego nada menos que 175 millones de pesetas, mientras que en el populoso barrio obrero del Zaidín, por ejemplo, las obras urbanísticas de los más elementales servicios públicos (alumbrado y pavimentación de las calles) tardan años en acometerse por falta de los 110 millones necesarios para su realización.

Prioridad sobre los barrios

El problema, pues, consiste en la prioridad que normalmente se les da a un tipo de obras innecesarias —o, al menos, nada urgentes— en detrimento de las mínimas obras de mejora en la infraestructura de los barrios del Zaidín, La Chana, Cartuja, adyacentes del Camino de Ronda y otros, obras que no solamente son urgentísimas, sino que, además, su no realización infringe la normativa vigente de la ley del Suelo de mayo de 1956. En efecto, el artículo 63 de dicha ley, en su párrafo tercero, es tajante al respecto: «(En) las superficies de suelo urbano —dice textualmente— aptas para la edificación y urbanizadas con arreglo a las normas mínimas establecidas en cada caso por el Plan, se precisará que la vía a que la parcela dé frente tenga pavimentada la calzada, encintado de aceras y disponga de los servicios de suministro de agua, desagües y alumbrado público.» Aunque el caso deja reforma de Bib-Rambla es ya irreversible, siguen llamando la atención, no -obstante, los veintiún millones de pesetas de presupuesto municipal para este proyecto, cuando ni si quiera se incluyen en el mismo las mejoras de otras dos plazas adyacentes que sí se encuentran en estado lamentable: las de Pescadería la Romanilla.

Alternativa ciudadana

Cabe pensar, pues, si no ocurrirá otro tanto con las obras de creación de un parque público en los jardines del Salón-Bomba para las que el Ayuntamiento piensa destinar 74 millones de pesetas. Se da la circunstancia, en este caso, de que a desde la toma de posesión del actual alcalde granadino, señor Morales Souvirón, se empezó a decir que el Ayuntamiento tenia un proyecto en firme para acometer a realización del parque, para terminar dando marcha atrás al cabo de varios meses Y anunciar que «lo que hay es sólo un boceto de proyecto». Así, éste es el único de los tres proyectos que han motivado el cartel del Colegio de Arquitectos que, de momento, está congelado. Existe, además, una alternativa ciudadana concreta a esta idea de creación de un gran parque en una zona más o menos céntrica, como es la del Salón-Bomba, y que consiste en la construcción, contando con el mismo presupuesto, de varios parques más modesto tanto en el centro como en los respectivos barrios periféricos.

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Finalmente, hace unos días que se ha puesto ya en marcha el proyecto de construcción de un aparcamiento subterráneo, con capacidad para más de cuatrocientos automóviles, en la zona del Embovedado. Y mientras para su realización se van a emplear ochenta millones, de pesetas del erario público, todavía hay muchos barrios en Granada que carecen de asfaltado, alumbrado, alcantarillado, jardines, escuelas y demás servicios imprescindibles.

Aparte, naturalmente, de unos cuantos detalles técnicos del proyecto bastante discutibles. Por ejemplo, la prevista instalación de 3.500 metros cuadrados de locales comerciales que, al parecer, se piensan conceder por cincuenta años, cuando para su construcción se está utilizando suelo público. O. por último, el hecho de que, a pesar de haberse modificado en la tercera corrección del proyecto la distancia del muro de contención —de los cinco metros previstos originalmente, a los doce metros actuales—, al menos dos de los cuatro centenarios plátanos gigantes de la plaza del Campillo corren serio peligro de extinción a medio plazo, según un informe del lcona, al ser irremediablemente dañadas sus raíces por las obras.

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