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Carter dirigirá, personalmente la política exterior USA

Por segunda vez desde las elecciones, Jimmy Carter se enfrentó con la prensa para anticipar las líneas maestras de su futura presidencia. Pero la vaguedad de sus respuestas, tan criticada durante la campaña electoral, confirmó una vez más que la gestión de Carter es, hoy por hoy, imposible de predecir.

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Sólo al hablar de economía, el presidente electo fue más concreto, y aprovechó la ocasión para modificar su postura anterior y advertir a los norteamericanos que la tasa de desempleo seguirá siendo elevada durante los próximos años, como único remedio de controlar la inflación.En cuanto a las relaciones exteriores, Carter recalcó que él será el máximo director de la política internacional de Estados Unidos y que su secretario de Estado se limitará a ser «el portavoz de la nación», trabajando a sus órdenes.

«Seré el responsable de los asuntos internacionales y en todo momento el secretario de Estado será mi segundo», dijo Carter a los periodistas reunidos en su pueblo natal de Plains (Georgia).

Sus palabras fueron una velada alusión a Henry Kissinger, a quien Carter acusó durante la campaña de ser el presidente de Estados Unidos en el terreno de la política exterior.

Comprometido a restaurar la «decencia» en las relaciones internacionales, Carter insistió en que su Gobierno prestará más atención que los precedentes al respeto a los derechos humanos en otros países.

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El presidente electo citó concretamente el caso de Chile, pero dijo, en general, que la distribución de la ayuda exterior y las relaciones de Estados Unidos con otros Gobiernos se verían «seriamente afectadas» si éstos demostrasen «una falta de preocupación por los derechos humanos».

Carter dijo, con respecto a la Unión Soviética, que espera poder concluir antes del otoño de 1977 las conversaciones en curso para la limitación de armas estratégicas (SALT), uno de los principales problemas pendientes que hereda el Gobierno actual cuando asuma la presidencia el 20 de enero.

Carter se mostró preocupado por el rápido crecimiento de los arsenales atómicos de las dos superpotencias y dijo que es partidario de «congelar» la fabricación de armas nucleares a los niveles actuales, para luego iniciar, paso a paso, una reducción «al menos cuantitativa».

Tras haber proclamado durante la campaña que la lucha contra el paro sería una de sus principales metas, Carter modificó un poco su postura para anticipar que, durante unaprimera etapa, el índice de desempelo seguiría siendo, elevado, a fin de no acelerar la inflación.

El presidente electo señaló que al final de sus primeros cuatro años en la Casa Blanca la tasa de desempleo habrá descendido del 7,9% actual a un 4 o 4,5%, pero advirtió que durante los dos primeros años, el paro se mantendrá entre un 5 y un 7%.

En contra de lo esperado, el presidente electo no anunció los nombres de los que serán sus colaboradores más cercanos en la Casa Blanca. Tan solo anticipó que Jody Powell, su portavoz durante los últimos siete años, será su secretario de prensa cuando asuma la presidencia.

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